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ITAUGUÁ GUASU. “Capaz este planteo sea cruel, pero es una realidad. Los de Central y Asunción que piensan viajar al interior para las fiestas, piensen: sus padres de seguro tienen 70 años o más. Si hoy en la UTI piden cama para tu papá y hay otro pedido de (un paciente) 30 años. ¿Quién creen que se queda sin lugar en UTI?”, preguntó con dureza la doctora Yolanda Ramos, jefa de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Nacional, en este distrito.
Sus declaraciones se dan en un momento en que se multiplican las voces de los trabajadores de blanco ante la saturación de pacientes con Covid-19 en lechos de terapia intensiva, al igual que la casi total ocupación de lechos comunes. Hace días nada más, en el INERAM, en Asunción, hablaban de que tenían a pacientes en camillas en los pasillos.
En la víspera, el reporte epidemiológico de Salud Pública divulgaba el aumento de internados, fallecidos y, precisamente, la ocupación sin igual de camas de UTI. De hecho, ayer había 172 pacientes con coronavirus en distintas unidades de cuidados intensivos, incluidos los más de 30 derivados al sector privado.
Además, aunque incluidas las personas ingresadas a UTI’s, había 834 pacientes con Covid-19 internados.
Y esta masiva demanda de atención probablemente también tiene sus consecuencias en el personal de blanco. En la última semana fallecieron tres profesionales médicos a causa del Covid-19, con lo que la tragedia de doctores muertos por esta causa en el país llegó a nueve óbitos, sin olvidar los once enfermeros caídos por el virus chino.
La doctora Ramos advertía en tono de profecía hace dos semanas: “Nuestros pacientes en las UCIR’s (Unidades de Cuidados Intermedios Respiratorios) del HNI tienen entre 17 y 60 años. ¡BASTA DE JODA! Estamos saturados, y ni si llama el mismísimo Jesucristo a pedir cama, ¡NO TENEMOS UNIDADES DISPONIBLES!”.
