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ASUNCIÓN.- En la política vale todo, pero también las personas tienen dignidad y no puede así de fácil, de un día para otro, cambiar de rumbo y unirse a los que pusieron palo a la rueda del desarrollo y atacaron el modelo de gobierno del Ejecutivo, del cual él, Juan Afara, vicepresidente de la República, hasta ahora forma parte. Evidentemente cuando se trata de “zoquete” no importa nada.
Afara demostró su poca capacidad de sentarse a dialogar, no solo con el presidente de la República, Horacio Cartes, sino con los líderes de bases del movimiento para debatir y consensuar propuestas, para mantener al Partido Colorado en el poder.
Es más que evidente que el “zoquete” es mucho más fuerte que la intención de buscar el desarrollo del país y el bienestar de todos los paraguayos. Durante los casi cuatro años que está en el poder acompañando al presidente Cartes, Afara soportó todos los intentos de “Marito” y su grupo, tratando de boicotear los proyectos, pero aún así este gobierno supo superarlo y está logrando que nuestro país cuente con grandes obras de infraestructura, medicina para los enfermos, mejorar la educación, dotar de viviendas dignas a los desprotegidos, entre otros.
Además está más que cantado que “Marito”, en su movimiento Colorado Añetete, jamás le va a ceder su lugar para pugnar por la presidencia, en la postrimería Afara puede quedarse sin el pan y sin la torta.
Tener ambiciones no es pecado, pero todo tiene su límite, para lograr una meta la mejor vía es trabajar en equipo y no con gente que solo buscan llegar al poder a toda costa, sin importarle nada. Ojalá que Afara alcance sus objetivos con este grupo y no se quede pidiendo “agua en el desierto”.
