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De garrafas y mercado libre

Por: José Rojas. Periodista de ADN en Asunción
Por: José Rojas. Periodista de ADN en Asunción

El Tribunal de Cuentas recordó a los miembros del Cartel del GLP que están conviviendo en un mercado de libre competencia y les pidió que hagan memoria: que ellos mismos habían vendido, no prestado ni alquilado, las garrafas que los usuarios disponen para la recarga. Eso significa que no tenía razón de ser su reclamo.

Petrobras y Copesa pretendieron convencer a la Justicia que esos recipientes son de su propiedad. Cada garrafa fue vendida al usuario a un precio G. 200.000 y G. 350.000. Los emblemas mienten, todo por eliminar a Petropar de la competencia y recuperar el oligopolio. Además, soslayaron el hecho que Petropar no se apropia de garrafa alguna; solo las recarga; como lo hacen todas las estaciones de servicio sin que estas pregunten la propiedad de los recipientes.

El intento de los emblemas no será el último; pero cada paso que están dando termina con fuertes tropiezos. Las garrafas no son propiedad de los emblemas, aunque estas tengan inscripciones de la compañía que vendió al usuario y cuando este pagó por el recipiente también adquirió el derecho de hacer lo que mejor le parece.

Además; si nos atenemos a la justificación de los emblemas, entre ellos mismos habrá inconvenientes pues el usuario recarga en Petrobras en la garrafa con la inscripción de Copesa y al revés.

El ingreso del Estado al mercado del gas rompió un sistema perverso por el cual cinco empresas establecían condiciones caprichosas de comercialización del GLP, nunca a favor del consumidor. Imponían el precio del producto y barreras a la entrada a nuevas empresas, sobre todo si esta no se ceñía a las condiciones del mecanismo oligopólico.

El libre mercado tiene una serie de reglas que se deben respetar para que el sistema funcione. Los emblemas del gas solo asumen una parte, y es justamente las reglas que los benefician, sin importar el derecho de sus clientes; los que dan vida al negocio.

La libre competencia representa la libertad de decisión de los que participan en el mercado, en un contexto en el que las reglas de juego son claras para todos y se cumplen efectivamente. La libre competencia se basa fundamentalmente en la libertad de elección tanto para el consumidor como para el productor; y es esta la parte que los amigos de Pedro Ballota, y el mismo, no están en condiciones de asumir. Me refiero a la libertad de elección del consumidor.

Los libros de economía explican que el Derecho del consumo es la denominación que se da al conjunto de normas emanadas de los poderes públicos destinada a la protección del consumidor o usuario en el mercado de bienes y servicios, otorgándole y regulando ciertos derechos y obligaciones. Y es esto lo que intenta aplicar el Ministerio de Industria y Comercio y Petropar; pero los gremios que manejan el negocio del gas se oponen.

En algunos países el oligopolio es ilegal porque distorsiona el mercado y afecta la economía. Hasta hoy Paraguay no pone barreras legales a esta figura, y sus representantes lo reemplazan utilizando las mismas reglas que imponen el mercado libre: ingresa a competir.

Encontró Petropar que existe un margen importante en la estructura de costos del GLP que permitían bajar precios. Los mismos empresarios explicaron que obtenían ganancias de G. 4.000 por kilo de gas. Utilizando esos mismos números y transformando el modelo de negocios la compañía del Estado supo bajar costos y sin necesidad de subsidiar el precio al consumidor bajó el precio final. Gana un poco menos, pero ingresa a sus cuentas buen dinero que le permite seguir en el mercado.

La intervención indirecta del Estado no distorsiona las condiciones del mercado libre porque no impone criterios que frenan el negocio; de hecho los emblemas siguen con los mismos precios.

Países del primer mundo si imponen criterios legales contra el oligopolio. En el año 2000 en España, la administración Aznar impuso medidas tributarias contra el oligopolio de los combustibles, en un mercado donde los protagonistas absolutos eran Repsol, Cepsa y BP. El entonces primer ministro puso en vigencia el Real Decreto-Ley 6/2000, denominado “de Medidas Urgentes de Intensificación de la Competencia en Mercados de Bienes y Servicios”, destinado a lubricar con medidas anti oligopolio de estas compañías.

Señores empresarios que se enriquecieron con el oligopolio deben entender que en todo el mundo las políticas de libre comercio han creado un nivel de competencia dentro del mercado abierto actual que origina una constante innovación y da lugar a productos de calidad superior, empleos mejor remunerados, nuevos mercados y mayor volumen de ahorro e inversión.

Los beneficios del libre comercio se extienden mucho más allá de los hogares. El libre comercio favorece la divulgación del valor de la libertad, la consolidación del estado de derecho y la promoción del desarrollo económico en los países pobres como el nuestro.

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