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El abogado Rodrigo Cuevas, representante de Belén Whittingslow, contó que esta mañana se reunirán con los enviados del Vaticano que llegaron al país para conocer profundamente el caso en el que la joven estudiante de la Universidad Católica denunció por acoso al docente Cristian Kriskovich.
Los enviados por el Papa Francisco son el arzobispo de Río de Janeiro y cardenal Orani João Tempesta, y el oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, monseñor Jordi Bertomeu Farnós, quienes solicitaron una reunión con el abogado Cuevas y la madre de Whittingslow.
Cuevas dijo a varios medios de prensa que recibió una llamada telefónica de monseñor Javier Pistilli, gran canciller de la UC, quien le hizo la invitación y pidió que la reunión no fuera informada a los medios de prensa. Hasta le pidió que los vehículos ingresen al estacionamiento privado para no llamar la atención. Es decir que su planteamiento era que la reunión fuera secreta.
“Me dijo que confíe en él. Y yo les dije que particularmente no confío en él y tampoco la familia, por las constantes mentiras que han prometido, y que han manifestado y que no cumplieron”, expresó el abogado.
Añadió que “a mí me sorprendió el pedido de monseñor Pistilli de que seamos discretos y que evitemos informar a la prensa para que esta no aparezca o sepa de la reunión”.
“La lectura que le damos es la siguiente: el Vaticano ya sentó postura y ordenó la destitución de Kriskovich de la Universidad Católica, una orden que no se está cumpliendo en nuestro país y las autoridades de acá se resisten a dar cumplimiento. El cardenal Adalberto Martínez solicitó públicamente la destitución y creemos que los emisarios están acá por eso”, manifestó.
Cuevas denunció que Belén Whittingslow fue citada por el entonces arzobispo Edmundo Valenzuela, quien le preguntó cuánto dinero quería para callarse y agregó que “nuevamente, tenemos esa práctica oscura y cuando más transparente sea para nosotros, mejor”.
