ASUNCIÓN.- El escándalo que –otra vez- armó Desirée Masi, del PDP, apoyada por Adolfo Ferreiro, de Avanza País, corresponde más a un mercado que a una cámara del Legislativo. Aunque después de su derrapada pretendieron acusar al oficialista Gustavo Alfonso de ser grosero e irrespetuoso, lo cierto es que ellos 2 dieron origen a todo el despelote que ocurrió y que dejó, nuevamente, sin quórum la sesión del Senado.
Resulta que el grupete de disidentes y sectores de la oposición insisten en tratar el tema de la maquinización del brazo Aña Cua en Yacyretá, y el oficialismo fundamenta, con argumentos, que el tema no corresponde a la cámara hasta tanto no reciba las actas correspondientes del Ejecutivo.
Mientras explicaba esto Alfonso, fue interrumpido a los gritos por los 2 desequilibrados, por lo que el oficialista, sin prestar atención a quiénes eran los maleducados, dijo “está aullando la gata Flora”. Esto bastó para que Masi entrara en crisis, ofendidísima por haber sido comparada con la descocada felina, y, cual caballero andante, Ferreiro no se quedó atrás. Lo cierto es que todo parece indicar que el poco sentido común que tenía Masi desapareció desde que el grupete perdió la mayoría en el Senado y ella ya no puede seguir actuando con la misma prepotencia y altanería que le caracterizaron en los períodos anteriores. Por si fuera poco, Ferreiro parece seguir sin asumir que el PLRA no le quisiera ni para tranca de puerta, así que toda su frustración la descarga sobre sus colegas de la cámara.