ADN Digital
Artículos relacionados
El presidente de la Cámara de Diputados, Miguel Cuevas, tenía montado un esquema de corrupción en Paraguarí mientras fue gobernador, hasta que renunció hace poco para asumir en el Legislativo, según una investigación del diario La Nación. Facturas falsas, planilleros, obras inconclusas y negociados con la merienda escolar son algunos de los fatos que dejaron en saldo rojo a la administración departamental.
ASUNCIÓN.- Cuevas renunció a la Gobernación de Paraguarí pocos días antes de asumir como diputado perteneciente al sector añetete de la ANR y ni bien fue elegido presidente de la cámara, empezó un festín de contrataciones de operadores políticos que son miembros de Colorado Añetete y compueblanos suyos, lo que hizo que despertara el interés de la prensa, que inició una investigación, dejando al descubierto todos los negociados realizados por el legislador en “su valle”.
Oriundo de Sapucai, Cuevas era un humilde zapatero hasta que decidió meterse en la política y allí avanzó rápidamente, elegido primero intendente de su pueblo y luego gobernador del departamento, de donde saltó a la Cámara de Diputados.
El daño patrimonial que hizo a la Gobernación de su departamento es inmenso y debe ser investigado por la Fiscalía, que tendrá que exigir a la Contraloría, que mantuvo una actitud bastante sospechosa ocultando información, que muestre todos los documentos que tiene.
Lo cierto es que la investigación periodística descubrió que el equipo de Cuevas emitió varias facturas falsas, con las que engañaron a familias campesinas; eso sin contar la contratación discriminada de planilleros, que, en su mayoría, son los operadores políticos que ahora llenan los pasillos de la Cámara de Diputados.
Por si todo esto fuera poco, su familia armó un esquema para quedarse con el dinero de la merienda escolar, lo que hizo que su compueblano y correligionario, el senador Juan Darío Monges, dijera que el hijo de Cuevas “ganó su primer millón de dólares con el negociado de la merienda escolar”.
Además, según la publicación, en la Contraloría existen decenas de denuncias por malversación de fondos. Todo esto, según el concejal departamental de Paraguarí, Gilberto Rufinelli, no es más que la punta del iceberg, y que hay cuestiones mucho más “grosas” que aún no salieron a la luz pública. Como ejemplo, dijo que durante su administración, Cuevas llegó a comprar naranjas por 14 mil guaraníes el kilo, cuando que en el mercado el precio no superaba los 300 guaraníes. Añadió que existe una red de prestanombres utilizados “para canalizar recursos extraídos de los fondos de la Gobernación”.
Cuesta mucho pensar que alguien con estos antecedentes pueda tener una administración transparente en la Presidencia de Diputados. Como muy bien dijo Monges, la deshonestidad de Cuevas es consuetudinaria.
