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La Cámara de Diputados sigue dilatando el juicio de pérdida de investidura de Carlos Portillo, imputado por tráfico de influencias, con la excusa de aguardar la legislación que reglamente el procedimiento. Sin embargo, la misma no tendrá carácter retroactivo por lo que no podrán utilizarla para el caso del liberal. Solamente necesitan voluntad política para proceder.
ASUNCIÓN.- Ni los diputados ni el diario ABC parecen darse cuenta de que no hay ningún impedimento para tratar la pérdida de investidura de Portillo hoy mismo, o la semana que viene, sin pérdida de tiempo, puesto que su caso no podrá regirse por la ley que está a media marcha en la cámara.
Por de pronto, los legisladores de la comisión especial presentaron 2 dictámenes diferentes y los integrantes de Constitucionales y Legislación “analizan” leyes vigentes en otros países, para definir cómo será el procedimiento que reglamente la pérdida de investidura de senadores y diputados.
Pero lo de Portillo no tiene ningúna excusa. Aunque ellos sigan diciendo que no pueden someterle al proceso sin que la figura a utilizar no esté reglamentada, en su caso precisamente no podrá utilizarse la nueva reglamentación. Es más, si es que lo hacen, lo más probable es que el liberal, al ser expulsado de la cámara, pueda presentar alguna acción de inconstitucionalidad en contra de la decisión, porque la Carta Magna es muy clara al decir que no existe la retroactividad de la ley.
Portillo está imputado por tráfico de influencias, por unos audios que salieron al aire en donde se le escucha negociando una sentencia y asumiendo que maneja el Poder Judicial del Alto Paraná. Posiblemente algunos consideren que este no es hecho punible tan grave como otros casos que afectan, por ejemplo, al presidente de la Cámara, Miguel Cuevas, quien en el supuesto caso de que llegue a ser imputado, irá a la cárcel de manera preventiva porque sería por enriquecimiento ilícito, el mismo delito por el que está preso otro diputado, Ulises Quintana.
Sin embargo, el exceso de exposición de Portillo, desde que asumiera su banca por primera vez en el 2013, hizo que la ciudadanía se muestre bastante menos tolerante con él, más que nada porque por demasiado tiempo presumió de ser un “diputado tavy”, aunque no demasiado ya que desde el comienzo se supo que había comprado varios títulos universitarios.
Diputados debe someter ya a Portillo al proceso de pérdida de investidura, sin necesidad de ninguna reglamentación.
