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La última reunión del directorio del PLRA ha demostrado, sin un atisbo de duda, que el titular del partido, Efraín Alegre, está empecinado de imponer un régimen dictatorial interno, mostrando un claro desinterés hacia lo que piensan quienes no pertenecen a su movimiento. La crisis azul es cada vez más profunda.
ASUNCIÓN.- No queda muy claro qué es lo que pretende Alegre al impulsar una crisis de esta magnitud en su partido, ya que, en un principio, se pensaba que lo que quería era utilizarlo como trampolín para liderar una concertación opositora de cara al 2018. Pero con las actitudes que mostró desde que asumió la presidencia partidaria lo único que ha hecho es desacreditar de tal manera al PLRA, que los liberales que pretendan tener algún protagonismo en las elecciones generales tendrán mucho trabajo para convencer a los demás partidos de que se lo merecen.
Según liberales disidentes, Efraín sueña con convertirse en un nuevo Stroessner, y sus decisiones se parecen bastante a las que tomaba el dictador, imponiendo su voluntad sin parar mientes en lo que piensan los que se encuentran en la vereda de enfrente. De hecho, su primera decisión de designar nuevos integrantes de los dos tribunales principales, de Conducta y Electoral, aun cuando sus mandatos no estaban vencidos y sin nombrar a ningún disidente entre los miembros, ya daba la pauta de cómo pretendía manejar su gobierno partidario.
Su intención, parecía en ese momento, era manejar los dos estamentos que podrían garantizar su candidatura como representante del partido para las generales y la expulsión de quienes intenten complicar sus planes. De hecho, la primera prueba de esto la dio en la convención pasada, cuando logró que la mayoría oficialista decidiera inhabilitar a 6 diputados llanistas por haber desobedecido una orden partidaria. El mensaje era claro: el que no esté con él, estaría contra él y sería castigado. Tuvo que recurrir a la convención y no al Tribunal de Conducta hecho a su medida, porque el Tribunal Electoral de la capital había suspendido los efectos del nombramiento de sus nuevos miembros.
Lo hecho el sábado en la casa de Eligio Ayala, un verdadero héroe nacional, pinta a Alegre de cuerpo entero. Y demuestra que, debido a su descontrol, ha perdido la brújula. Estas actitudes, con las que pretende consolidar su candidatura, son las que lo alejan más de ella.
