ASUNCIÓN.– Una institución tan verticalista y, en apariencia, tan intolerable como las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, parece tener una actitud absolutamente opuesta en lo que respecta al derecho a la lactancia de las mujeres que integran sus filas.
La oficial segundo Ariana Cano tiene 25 años y hace 6 meses dio a luz a un niño al que, hasta hoy da de mamar. A diferencia de lo ocurrido con la teniente Carmen Quintero en las Fuerzas Militares, ella no necesitó recurrir a ninguna instancia para hacer uso de un derecho fundamental, como es el de la lactancia, porque en la Comisaría 7ma. Central le permiten llevar consigo a su bebé y hasta sus compañeros se turnan para ayudarla cuando alguna labor requiere su atención, todo gracias a que tiene un jefe que es lo suficientemente humano para respetar algo tan fundamental y, además, por obedecer las disposiciones constitucionales y legales.
“Le doy de mamar cada vez que me pide. Mis compañeros se encargan de cubrirme mientras estoy en otra oficina. Cuando estoy recabando denuncia, son ellos quienes cuidan a mi bebé”, había comentado con absoluta naturalidad la mujer policía.