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BOGOTÁ.- La firma del acuerdo de paz en Colombia no representa el final del calvario, sino el inicio de un largo proceso de reconciliación. Y desde los primeros pasos el camino se avizora accidentado. La victoria del “No” en el plebiscito del 2 de octubre reveló que los colombianos están muy divididos en sus opiniones sobre cómo poner fin al conflicto. En la práctica, el pacto entre el gobierno y las FARC deberá superar numerosos obstáculos, que la oposición al presidente Juan Manuel Santos no ha tardado en levantar. En medio del torbellino político, las víctimas del añejo conflicto reviven el dolor de una guerra que ha corroído ese país por más de medio siglo.
El pasado 24 de noviembre el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño “Timochenko” firmaron la versión modificada del acuerdo suscrito el 26 de septiembre en Cartagena de Indias. A pesar de la voluntad de ambas partes, la implementación de la paz tendrá que atravesar un camino sembrado de obstáculos políticos y logísticos.
