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La situación de los asegurados del Instituto de Previsión Social (IPS), empeora cada día, a los “milagros” para conseguir número con los doctores, se le suma la falta de fármacos para los enfermos oncológicos y además el peligro al que se exponen, debido a que el cielorraso de los pasillos se cae a pedazos. Mientras tanto, en la institución los “planilleros” gozan de todos los privilegios.
ASUNCIÓN.- El IPS continúa siendo el lugar de lamento de los asegurados que llegan al hospital Central situado en el barrio Trinidad de la capital del país. Las quejas llueven y lo más lamentable es que nadie les hace caso. Para conseguir un número es todo un “milagro”, porque el sistema de Call Center no sirve para nada y el interesado debe llegar, como mínimo, a la 05:00 de la mañana en el nosocomio para obtener un cupo.
La odisea sigue con los vetustos colectivitos que traslada a los asegurados desde la avenida Sacramento hasta el nosocomio, están destartalados; luego prosigue con los guardias de seguridad que se sienten dueños del establecimiento sanitario, en vez de servir de guía se encargan de maltratar a cuanta gente encuentran en su camino.
Mientras tanto utilizar uno de los ascensores, no solo es ganar una batalla, sino también es desafiar al peligro, en el momento menos esperado paran en cualquier parte y crea verdadera zozobra. Como “broche de oro” están los pasillos que sirven de sala de espera en los consultorios, en la mayoría los cielorrasos están destartalados y en cualquier momento podría caerse encima de los pacientes. Y ni que decir de los aires acondicionados, que no funcionan y sirven de simple objetos decorativos, en esta época estival los pasillos se convierten en verdaderas saunas.
FALTAN FÁRMACOS
Pacientes oncológicos que acuden al IPS para su tratamiento denunciaron que el hospital central no cuenta con los medicamentos para someterse a la quimioterapia. En ese sentido mencionaron que deben comprar Ciclofostamida y cada frasco tiene un costo de aproximado de G. 250.000 y se requiere de al menos 19 para realizar el tratamiento.
Los pacientes oncológicos deben volver en otra fecha agendada para someterse al tratamiento, mientras avanza la enfermedad y corren cierto riesgo de morirse o que se complique su situación.
