WASHINGTON.– El pensamiento positivo a largo plazo puede disminuir la motivación, impedir que se alcancen los objetivos y dar paso a la frustración, según señala la profesora de Psicología de las Universidades de Nueva York y Hamburgo, Gabriele Oettingen, en su artículo publicado en la revista digital ‘Aeon’.
Uno de los experimentos que ha realizado la científica mostró que los participantes que llevaron varios minutos imaginando algo positivo tuvieron un descenso en la tensión arterial sistólica, una medida estándar del nivel de energía. El pensamiento positivo “impide el rendimiento, ya que relaja a la persona y agota la energía necesaria para pasar a la acción”, explica Oettingen. Este estado de relajación sucede porque “fantasías positivas engañan” a la mente, al hacer que la persona piense que ya ha logrado sus objetivos.
Según Oettingen, es posible lograr mejores resultados a través del método del “contraste mental”, que consiste en determinar un deseo, analizar las posibles consecuencias y obstáculos a base elaborar un plan adecuado. Cuanto más reales son los fines, más probabilidades hay de que se logren.