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ASUNCIÓN. El caso de violación de una mujer que realizaba ejercicios físicos en el Jardín Botánico (el “pulmón de Asunción”), es la gota que colma el vaso en materia de seguridad del lugar. El emblemático sitio está desde hace un tiempo minado de atracadores, ladrones y adictos a drogas que operan a sus anchas en varios tramos del inmueble.
El comisario Misael Aguilera, jefe de la comisaría 12 de la capital, explicó que si bien el Jardín Botánico tiene vallas, estas en varios lugares son rotas por marginales, para ingresar al predio municipal.
“Hay varios lugares de filtración. Hay rejas de hierro pero la gente abre, destruye para poder ingresar”, dijo el comisario Aguilera.
Agregó que la enorme extensión del Jardín Botánico, dificulta la tarea de exhaustivo control que amerita.
“No podemos decir que es un lugar seguro pero hacemos el mayor esfuerzo posible para controlar la zona porque hay muchas zonas de ingreso clandestino”, recalcó.
Sobre el episodio de violación denunciado por una mujer que al lugar a realizar ejercicios, el comisario Aguilera expresó su presunción de que hubo algún relajamiento en el control del área.
“Se puede presumir que había muy poca concurrencia y se puede presumir también que los guardias se estaban relajando, estaban desatendiendo”, acotó.
