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ASUNCIÓN.- La intensa campaña en contra del ex presidente Horacio Cartes y sus colaboradores, emprendida por representantes del oficialismo, con el abierto y desembozado apoyo del presidente Mario Abdo Benítez está convirtiendo el país en un circo que se arrastra irremediablemente hacia el abismo.
Desde hace más de una semana, con el apoyo de algunos medios de comunicación, que son funcionales a cuanto sujeto aparezca pretendiendo desprestigiar a Cartes y su grupo, la interna colorada se convirtió en un verdadero canibalismo al utilizar el gobierno organismos de seguridad que deberían garantizar el secreto de su trabajo, publicando presuntas investigaciones que no resisten ningún análisis serio pero que tienen la clara intención de sacar de la cancha tanto al ex presidente como a su precandidato a la Presidencia, Santiago Peña.
Con el presunto informe “serio” de la Seprelad publicado en varios medios, el titular del organismo, Carlos Arregui, violó claramente disposiciones legales, al igual que el secretario de Abdo Benítez, Mauricio Espínola, al publicar datos privados sobre Peña, quien se encuentra excluido de la Ley de Información Pública, puesto que no trabaja para el Estado.
Lo de Seprelad es, desde todo punto de vista, lamentable ya que el proselitismo oficialista pervierte la función de un organismo que, justamente, debe velar por la protección de los ciudadanos e investigar a quienes realmente violan las normas vigentes, pero en base a la mesura y discreción, remitiendo los datos que consigue a la Fiscalía, que es la que debe sacarlos a la luz. Que Seprelad se haya convertido en vedette de esta parafernalia es absolutamente absurdo y solo puede darse en un país en el que sus autoridades han tirado la toalla y decidido ignorar las leyes de la República.
Lo gracioso es que, cuando se plantea en el Senado una convocatoria a Arregui para que explique el motivo por el cual el presunto informe haya salido a la luz antes siquiera de terminarlo y remitirlo a la Fiscalía, Desirée Masi, del PDP (el mismo partido al que responde el titular de Seprelad) dice que eso no puede hacerse salvo que sea en una sesión ultra secreta, ya que nada de lo que diga el funcionario puede salir a la luz.
¿De qué habla? Todo lo que hace Arregui es público y promocionado en los medios con bombos y platillos. Es casi tan vedette como Arnaldo Giuzzio, otro engendro de Masi y su marido.
