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ASUNCIÓN.- Un hermoso estadio, lleno a reventar. Una multitud fervorosa que no se cansó de alentar al equipo fueron las notas destacadas de este nuevo encuentro por la Copa Sudamericana que terminó empatado sin goles, y con un camino cada vez más difícil en busca de la clasificación. Opaca labor de Cerro Porteño donde los puntos altos no existieron, salvo las salvadas de Antony Silva y el empuje y calidad de Alfio Oviedo.
La defensa, dentro de todo, no cedió tantos espacios ni cometió errores que hubieran sido fatales, pero así y todo el “Búfalo” Ovelar se las ingenió para inquietar la meta cerrista, dentro de un equipo “piqui-piqui” que se cansó de hacer circular la pelota pero se olvidó que el fútbol se gana con goles. Menos mal que las cosas fueron así.
¿Qué hace Raúl Cáceres en el banco de suplentes? Fue, en los tres últimos campeonatos el defensor más regular y más influyente en la ofensiva hasta que llegó Leonel Álvarez, ¿Alguien le reclamó al entrenador este “olvido”? ¿Qué pasó con Josué Colmán, el ofensivo más promisorio del equipo y titular hasta que llegó el colombiano?
Estamos cansados de escuchar que “Cerro Porteño tiene un gran plantel”. Y los grandes equipos se forman por buenos jugadores. Entonces, ¿dónde está el equipo que deberían formar esos buenos jugadores? Son demasiados cuestionamientos para ya un buen tiempo de trabajo sin resultados.
Y es de balde: al público, al hincha le gusta mucho la nueva cancha, pero más le va a gustar si el equipo juega bien. O que ganó, aunque no juegue bien. Pero si así siguen así las cosas, el romance con la Olla se va a ir al tacho, porque lo único que va a seguir llenando la cancha será un equipo con buen fútbol contundencia y victorias en continuado. De otra manera, ¡amóntema! Como dice nuestra gente.
