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BRASILIA.- La impopularidad de Michel Temer creció significativamente en los últimos meses, con las acusaciones de corrupción que surgieron contra el propio presidente y figuras de su gabinete en la red de sobornos de Petrobras, y ante la frustración de los brasileños por la falta de una reactivación económica.
Según un sondeo de Ibope, el 46% de los encuestados cree que la administración de Temer es mala o muy mala; el 35% la califica como regular, y apenas el 13% la considera buena/muy buena. El 6% de los encuestados prefirió no responder.
Los datos negativos llegan luego de dos meses convulsionados en la política brasileña, fruto de las nuevas revelaciones contra el gobierno en su relación con el petrolão. Tras la firma con la justicia del acuerdo de delación premiada de 77 ex ejecutivos de la compañía Odebrecht, varios arrepentidos apuntaron que Temer, en su calidad de vicepresidente de Dilma Rousseffy como jefe del PMDB, no sólo estaba al tanto de los sobornos pagados por grandes empresas para asegurarse contratos con Petrobras, sino que también habría recibido personalmente algunas coimas, según las filtraciones de las declaraciones hechas a los fiscales de la Operación Lava Jato.
Dos delatores, entre ellos el propio expresidente ejecutivo del conglomerado, Marcelo Odebrecht, afirmaron a la justicia que en la campaña de 2014 Temer les pidió una “donación” de tres millones de dólares para el PMDB, pero que parte de ese dinero fue entregado de manera ilícita en efectivo a uno de los principales colaboradores del entonces vicepresidente. Presionado por las revelaciones, el ahora exasesor presidencial, José Yunes, renunció esta semana.
