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ASUNCIÓN. “Creo que estamos preparados como sociedad para tener a una mujer como Presidente de la República. Ya pasamos por todo, nos faltaría solamente eso”, sostuvo la parlasuriana colorada Maru Crichigno.
Sus declaraciones se dieron durante una entrevista en el programa “Paraguayos Que Suman”, emitido por Unicanal, ocasión en la que la legisladora explicó que su historia personal, las vicisitudes que se vio obligada a atravesar, fortalecieron su espíritu y forjaron su convicción en el servicio a los demás.
“Creo que puedo y me debo a mi país. Lo poco o mucho que pueda aportar lo voy a hacer. Es imprescindible ocupar cargos en el gobierno para poder realizar los cambios. Desde ahí manejar las políticas públicas y que realmente llegue a la gente. La gestión y la acción son palabras claves”, amplió.
Señaló también que uno de los obstáculos para que la Administración Pública redunde en beneficio mayoritario de la población, sobre todo de los sectores más necesitados, es la carencia de políticas de Estado.
“Hay políticas de gobierno, tal vez, pero un gobierno solo dura cinco años, poco tiempo para hacer las cosas. Con políticas de Estado cada Gobierno hace lo que debe. Nos falta bastante”, subrayó.
Dijo igualmente que las mujeres deben apoyarse mutuamente para el empoderamiento y así lograr espacios de protagonismo en la construcción de un mejor futuro.
“Es un proceso en el cuál estamos trabajando. En nuestro país, el varón todavía tiene cierto recelo cuando la mujer que está a su lado tiene más preponderancia que él”, apuntó.
Y recordó el rol de la mujer paraguaya en los momentos más críticas de la historia del Paraguay, sobre todo en la reconstrucción del país luego de la hecatombe de la Guerra de la Triple Alianza.
“El papel de la mujer paraguaya fue y es trascendental. Después de la guerra fue la encargada de la reconstrucción de la república. Hoy todavía nos cuesta aceptar que la mujer puede ocupar los roles importantes”, reclamó.
Finalmente, recordando el singular desafío que vivió como madre cuando a una de sus hijas, todavía adolescente, le diagnosticaron cáncer y los médicos prácticamente no le dieron esperanzas, ella no se rindió y tampoco la niña. Esta última hoy día tiene 27 años y está a punto de graduarse de médica.
“La política es servicio, y eso se perdió. Solamente entrando en el sistema es que uno puede cambiar las cosas y servir a los demás. Es más, yo pienso que aquellos que no tienen esa vocación no tienen que entrar en la política”, finalizó.
