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ASUNCIÓN. El ex Fiscal General del Estado, Oscar Germán Latorre, admitió su sorpresa ante la pena privativa de libertad impuesta ayer al condenado Oscar Luis Benítez, autor confeso del secuestro y asesinato de la joven Cecilia Cubas Gusinky.
El citado Latorre fue más allá y declaró que consideraba una “pena corta” la impuesta al condenado, aun cuando el mismo haya manifestado su “arrepentimiento” y haya pedido perdón por el vil acto perpetrado contra una mujer en total estado de indefensión.
“No hay dudas que la responsabilidad y participación de Óscar Benítez fue plenamente acreditada, cualquier duda que podría existir queda disipada con la confesión que hizo”, expresó inicialmente Latorre al medio La Nación.
“Ahora, me sorprende la pena que se le impuso porque su participación fue absolutamente relevante tanto para el seguimiento como para la alteración del secuestro. Me llama la atención, tengo que admitirlo”, insistió.
Un Tribunal de Sentencia condenó al citado Benítez a 24 años de prisión, más 10 años de cárcel como medida de seguridad. Cecilia Cubas fue secuestrada, mantenida en esa condición desde el 21 de septiembre de 2004, mientras que su cuerpo sin vida fue hallado el 16 de febrero de 2005.
La joven fue sedada, maniatada y enterrada viva en un túnel cavado en un inmueble en el distrito de Ñemby.
“No conozco el argumento del tribunal, pero presumo que los hechos por los cuales (Benítez) fue castigado fueron secuestro y homicidio. Entonces con esa calificación yo creo que la pena se quedó corta, me llama la atención, tengo que admitirlo, ya que hubo un grado de participación, por la naturaleza de los hechos que se le atribuyeron, por la gravedad. Enterraron a una persona viva”, subrayó Latorre.
“El secuestro es una muerte en vida, pero lo que hicieron estos criminales fue enterrar a una persona viva. No sé de qué manera se puede demostrar mayor perversidad para cometer un crimen”, observó también con vehemencia el ex Fiscal General del Estado.
“(Benítez) Se declaró culpable, pero cuando ya las pruebas fueron producidas y cuando la sentencia condenatoria ya era inminente, sin poner en tela de juicio que haya un arrepentimiento sincero por parte del condenado, no podría decir que sea suficiente para reducir la pena que le tendría que ser impuesta”, finalizó.
