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Un nuevo ataque de locura del presidente Nicolás Maduro desembocó en una grave crisis diplomática entre Paraguay y Venezuela. Nuestro país evalúa retirar a su embajador de Caracas. Esto luego de que el mandatario del país caribeño haya dicho que “nos persigue la oligarquía corrupta y narcotraficante de Paraguay”. El canciller nacional, Eladio Loizaga, dijo que Maduro debe tragarse sus expresiones. El origen de todo este lío es la presidencia pro témpore del Mercosur, que los venezolanos quieren tener pese a no contar con el consenso de los otros integrantes del bloque.
ASUNCIÓN.- Las duras expresiones vertidas por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, hacia su homólogo paraguayo Horacio Cartes fue la detonante para que la Cancillería Nacional convoque a consulta al encargado de Negocios del país bolivariano en Paraguay, Ritz Petersen Chaurán.
Los exabruptos de Maduro se dieron en torno a la presidencia del Mercosur y la oposición de los países miembros (Paraguay, Argentina y Brasil) a que Venezuela asuma el mando del bloque.
“Nos persigue los torturados de Sudamérica. Nos persigue la oligarquía paraguaya corrupta y narcotraficante, ahora nos persigue el demacrado Macri de Argentina, fracasado, repudiado por su pueblo, ahora nos persigue la dictadura impuesta por Brasil”, indicó.
Luis Fernando Ávalos, director General de Política Bilateral, por instrucciones del ministro Eladio Loizaga, fue el encargado de transmitir la posición del Gobierno Nacional que rechaza los términos despectivos con los que el presidente venezolano se refirió a las altas autoridades nacionales.
Durante el encuentro, que tuvo lugar en sede de la Cancillería Nacional, Ávalos manifestó que “el Gobierno Paraguayo ha sido respetuoso del Gobierno venezolano y de su pueblo”, recordando que hace poco tiempo, Paraguay se encontró en una situación similar a la que atraviesa ese país, “y sin embargo, nunca se dirigieron palabras ofensivas hacia ninguno de los países del bloque”.
El pasado viernes Uruguay anunció al resto de socios del Mercosur que finalizaba su mandato del bloque, pero no traspasó la presidencia al Gobierno de Nicolás Maduro debido a la falta de consenso entre los Estados miembros, debido a la situación política y económica de Venezuela.
En seguida Venezuela comunicó al resto de países del bloque que asumía la presidencia del bloque, a pesar de que no se había realizado ningún tipo de acto, como una cumbre de jefes de Estado, protocolo habitual para el traspaso del mando, o una comunicación al respecto por parte de los otros países.
