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Los 5 imputados por el caso del pinchazo telefónico que produjo los audios del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) fueron convocados a indagatoria durante el mes próximo por el fiscal Martín Cabrera. Mientras tanto, el exsecretario de la institución, Raúl Fernández Lippmann, sigue intentando conseguir ventajas antes de “cantar”, tal como había prometido hace varias semanas.
ASUNCIÓN.- Luego de que la defensa de los imputados consiguiera que se inhibieran las fiscalas Claudia Morys y Josefina Aghemo, volvió a tomar el caso Cabrera y rápidamente calendarizó las indagatorias de los mismos.
El primero que deberá comparecer es Fernández Lippmann, el 12 de abril. Posteriormente le siguen los abogados Carmelo Caballero y Rubén Darío Silva, el 17; el 18 deberá presentarse el exsenador Jorge Oviedo Matto y terminará la ronda, el 19, el también exsenador Óscar González Daher. Todos fueron convocados para las 9 de la mañana.
Los imputados son investigados por el fonopinchazo que derivó en una serie de audios de conversaciones hechas desde y hacia el JEM, que, supuestamente, demuestran la existencia de un intenso tráfico de influencias entre la Justicia y la clase política.
El escándalo, muy bien montado por el diario ABC y Radio Cardinal, ambos medios de Aldo Zuccolillo, estalló días antes de las internas partidarias, en un claro intento de perjudicar las chances del cartismo. De hecho, los primeros que cayeron, González Daher y Oviedo Matto eran legisladores muy cercanos al gobierno.
Luego de las rápidas movidas e imputaciones del principio, la causa quedó prácticamente paralizada, y hasta la emisión de los audios a través de Cardinal se detuvo, posiblemente porque encontraron que no solo oficialistas estaban implicados en el tráfico de influencias, sino también opositores y gente de otros sectores, a los que ni Zuccolillo ni sus medios querían perjudicar.
En cuanto a Fernández Lippmann, está demostrando la hilacha que tiene. Luego de amenazar con “cantar” y dar nombres de quienes no aparecían en los audios y que también participaban del delito, se puso a negociar con la Fiscalía y, posiblemente, con los supuestos implicados, a fin de conseguir beneficios. Lo cierto es que, aunque ya fue convocado varias veces por los fiscales, sigue negándose a abrir la boca, aguardando “qué tiene que ofrecerle” el Ministerio Público.
