El papa Francisco y el presidente Javier Milei, dos líderes en las antípodas ideológicas, se encontraron por primera vez este domingo en el Vaticano, con la explosiva situación política en su Argentina natal como telón de fondo.
El ultraliberal Milei se vio las caras con su compatriota el sumo pontífice antes de asistir a la misa de canonización de la beata María Antonia de Paz y Figueroa, que era conocida como Mama Antula (1730-1799) y se convertirá en la primera santa argentina.
La ceremonia arrancó en la Basílica de San Pedro a las 08H30 GMT. El pontífice entró conducido en silla de ruedas, por los problemas de movilidad que arrastra desde hace un tiempo. El presidente Milei, sentado con la delegación argentina a poca distancia de la silla papal, se levantó al ingresar Francisco en el templo.
“Es el argentino más importante de la historia”, y “vamos a tener un diálogo muy fructífero”, dijo Milei del papa en declaraciones a la argentina Radio Mitre, horas antes de la ceremonia de este domingo y después de haberlo insultado en el pasado.
El de este domingo es un primer contacto antes de una audiencia el lunes por la mañana en el Vaticano, en la que Francisco y Javier Milei podrán hablar extendidamente.
La audiencia se producirá en un ambiente cargado por los ataques pasados de Milei al papa y por la incertidumbre política en Argentina, lo que redoblará el interés por cualquier gesto y palabra que ambos líderes se crucen.
En tanto que panelista televisivo, Milei calificó hace años a Francisco de “imbécil” y “representante del maligno”, e incluso en campaña lo acusó de “injerencia política”.
Sin embargo, Jorge Mario Bergoglio y el nuevo presidente escenificaron la paz en los últimos meses, el primero con una llamada de felicitación tras el triunfo electoral de noviembre, y el segundo con una carta de invitación a visitar a Argentina, en la que hizo valer que la venida de Francisco “traerá frutos de pacificación y de hermanamiento de todos los argentinos, ansiosos de superar divisiones y enfrentamientos”.
Los dos parten de postulados muy diferentes en cuanto a la forma de enfrentar la pobreza, un mal que aqueja a un 40% de la población de Argentina, donde la inflación cerró el pasado año por encima del 200%.
A lo largo de su papado, Francisco ha cargado contra los excesos y las desigualdades generadas por el liberalismo, mientras que Milei, un economista ultraliberal de extrema derecha que asumió el 10 de diciembre y gobierna en minoría, apuesta por una política privatizadora y desreguladora.
Una línea que ha prometido mantener, pese a fracasar el martes en la cámara baja su megapaquete de medidas económicas y políticas conocido como Ley Ómnibus.
El presidente, a quien la primera crisis de su mandato le pilló de visita en Israel, no desaprovechó la ocasión de insultar a sus opositores, tachándolos de “delincuentes”, “traidores” y “parásitos” en declaraciones a medios y en redes sociales.
Una visita pendiente
El papa Francisco, jesuita y antiguo arzobispo de Buenos Aires, no visita su país natal desde que fue elegido al frente de la Iglesia católica en 2013, y su deseo de hacerlo este año será una de las grandes cuestiones que sobrevolará la audiencia del lunes.
En una entrevista con Vatican News, el actual arzobispo de Buenos Aires Jorge Ignacio García Cuerva manifestó la impaciencia que hay por ver a Francisco en Argentina, cuya visita sería “el encuentro del pastor con su pueblo”.
Aunque también reconoció las suspicacias políticas en torno a una figura cuyas afirmaciones y omisiones se siguen con lupa en su país: “a veces, los argentinos a Bergoglio no lo hemos dejado ser Francisco, y lo hemos metido en el barro de nuestras discusiones”.
“Ojalá el presidente y lo convenza y lo tengamos” este año en Argentina, dijo a radio Mitre el ministro del Interior, Guillermo Francos, que acompaña a Milei en la visita a Roma y el Vaticano.
Jesuitismo y derechos humanos
El cara a cara de este domingo tiene un marcado sabor nacional por la figura de Mama Antula, que fue beatificada por Francisco en 2016 y se convertirá ahora en la primera santa argentina, tras atribuírsele un segundo milagro, la curación inexplicable de un argentino que sufrió un ictus.
María Antonia de Paz y Figueroa fue una laica consagrada que batalló por difundir los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola justo cuando la Compañía de Jesús, de la que procede el papa, había sido expulsada de los dominios de la corona hispánica por el rey Carlos III.
Con el tiempo pasó además a ser considerada como una pionera de los derechos humanos en Argentina, por su defensa de los excluidos.
Un mensaje muy político, ya que la canonización de Mama Antula, “una mujer de su época muy corajuda y valiente”, tiene “mucho que ver con el papel de la mujer en la Iglesia y en la sociedad”, tal como explica a AFP el biógrafo del papa, Sergio Rubín.
En Roma, Milei se reunirá también el lunes con el presidente Sergio Mattarella y con la primera ministra Giorgia Meloni. Fuente: Álvaro Villalobos, AFP