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ASUNCIÓN.– La Presidencia del Senado es un plato anhelado por todos los sectores de la cámara, ya que implica automáticamente también la del Congreso e ingresar en la línea de sucesión para la Presidencia de la República.
Fernando Lugo (FG) ya fue titular del Senado en el período 2017/18, y su mayor “obra” fue convocar a jurar a dos personas que no fueron electas ni proclamadas, en una decisión absurda que hasta hoy sigue generando polémica. En el período actual es vicepresidente primero gracias al acuerdo que permitió que el oficialista Óscar Salomón llegara a la Presidencia, incluso con la oposición de varios de los integrantes de su bancada.
Pero ya no quiere ser segundón y Lugo en este momento reconoce que realiza una fuerte campaña para conseguir los votos necesarios y volver a ocupar la Presidencia de la cámara.
“Como todos los años, se realiza una gran conversación interbancada, son conversaciones que van y vienen. Yo creo que 15 votos son importantes, pero no son suficientes. El que tenga 23 votos amarrados, cerrados, comprometidos hasta el último día puede cantar victoria”, dijo Lugo en la 1080, asegurando contar con los votos, además de los de FG, de liberales independientes y los 2 del Partido Democrático Progresista.
En la vereda de enfrente se encuentran 4 colorados oficialistas que pretenden la Presidencia, además del liberal Víctor Ríos. Según Lugo, los oficialistas quieren garantizar que en la línea de sucesión vaya un colorado, ellos desean uno de Añetete y por supuesto que no quieren a uno del Frente Guasu. También lo han dicho abiertamente los colegas y yo creo que ese ambiente de sinceridad y franqueza facilita las cosas”.
Además de que los colorados no quieran que cambie el signo partidario del Ejecutivo en el supuesto caso de que el presidente y el vice sean destituidos por juicio político, Lugo tiene otro grave problema al entrar a la línea de sucesión, y es que la Constitución prohíbe la reelección en cualquiera de sus formas, por lo que no podría quedar él de nuevo en el Palacio de López.
Las elecciones de la nueva mesa directiva del Senado, que asumirá el 1 de julio, pueden realizarse a partir del 1 de junio próximo, por lo que las negociaciones son cada vez más intensas.
