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ASUNCIÓN.- La alianza Ganar, que pretende congregar a toda la oposición en busca de la Presidencia de la República, tiene diferencias tan grandes con la del 2008, que no hay posibilidades de que se repita la guapeada de entonces. La misma apoderada del Equipo Joven, Basilisa Vázquez, reconoció que el problema fundamental es la actitud de Efraín Alegre.
Hay diferencias demasiado grandes entre la alianza del 2008 y la concertada ahora entre el PLRA y el Frente Guasu, con el presunto apoyo de toda la oposición. En base a lo dicho por la doctora Vázquez, podemos colegir que el problema fundamental que enfrenta el rejunte actual es la actitud de quien, además, pretende concentrar a toda la oposición en torno a su figura. Pero veamos las diferencias:
El liderazgo: En el 2007, Fernando Lugo dejó el púlpito y se metió de lleno en política, mostrando su liderazgo en una multitudinaria manifestación ciudadana. Que encabezara la chapa presidencial de la alianza cayó por su propio peso porque era obvio que solamente él podía congregar los votos de todos los sectores.
Ahora, sin embargo, quien encabeza la chapa, el liberal Efraín Alegre, despierta más rechazo que apoyo y ha quedado harto demostrado que es incapaz de congregar siquiera a la totalidad de los afiliados a su partido. Y esto, según la apoderada del llanismo, se debe a que el presidenciable es incapaz de bajarse al nivel del pueblo porque está convencido de que es el dueño del partido.
Por si fuera poco, en el 2008 los liberales tuvieron la grandeza y humildad de reconocer que uno de los suyos no ganaba, y cedió el espacio al FG. Ahora, la petulancia de Alegre hizo imposible que se pensara siquiera en la posibilidad de que alguien de otro sector pudiera ser el candidato a la Presidencia de la República.
Después de 6 décadas de gobierno colorado, en el 2008 la ciudadanía estaba harta y dispuesta a lo que fuera por ver caer a la ANR. Así que contribuyentes a la campaña de la Alianza Patriótica para el Cambio había en abundancia. Sobraba el dinero y todos los aliados se beneficiaron. Además, desde el exterior también llegaban importantes remesas para hacer posible el sueño de que un no colorado llegue a la Presidencia de la República.
Ahora no hay plata. Nadie quiere aportar a una quimera. Alegre no convence, las encuestas anuncian su desastrosa derrota y los mismos integrantes de la alianza lo han convertido en una bolsa de gatos, porque se pelean en las redes sociales. Además, según Vázquez, el dinero que recibió el PLRA por aporte electoral, es despilfarrado por Alegre y su entorno.
En el 2008, no fue posible sanar las heridas de las internas coloradas del año anterior y la ANR llegó dividida a las elecciones generales. Eso permitió que Lugo ganara con votos colorados.
A pesar de ABC y los agoreros, la unidad colorada se dio fácilmente después de las internas del año pasado, lo que hace que la Lista 1 llegue firme y consolidada al desafío del 22 de abril.
Claro que también hay coincidencias entre una alianza y la otra, especialmente las grandes diferencias ideológicas de sus miembros, lo que, en el 2008 hizo fracasar al gobierno de Lugo, que terminó saliendo por la puerta de atrás debido a la conspiración de los liberales. Así que la alianza Ganar tiene todos los defectos y ninguna de las virtudes que tuvo la que fue llamada Patriótica para el Cambio.
