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CIUDAD DEL ESTE.- La Semana Santa comenzó con el Domingo de Ramos donde se bendijo el pindó, el agua, la ruda, el romero y otras hierbas medicinales que son usadas durante el año para sanar o liberar de vibraciones negativas el ambiente, o protegerse de las tormentas, según nuestra tradición cristiana. En este punto, igualmente, la población paraguaya tiene muy en cuenta la fabricación de las chipas, ya sean caseras o comerciales, que no deben faltar en las mesas paraguayas en estos días santos.
Varios días antes, las familias se movilizan para adquirir todos los elementos necesarios para preparar los alimentos y en especial la chipa y la sopa. Antiguamente y aún en el interior del país, cada familia prepara totalmente los ingredientes, comenzando por el almidón, por ser su proceso más lento, requiere de varios días y, luego la obtención de la harina de maíz que se realiza pisándola en el mortero.
Un chipá caliente y crocante, para dar sabor a esta Semana Santa, es infaltable en los hogares paraguayos. Su preparación se realiza por lo general desde el Miércoles Santo, como una actividad que reúne a toda la familia, principalmente en el interior.
En las zonas urbanas se observa con menor intensidad esta actividad, ya que los citadinos prefieren comprar chipas ya elaboradas, por lo que las chiperías están al tono de la demanda, que crece notoriamente en estas fechas.
La mayoría de los pedidos son generalmente los chipás tradicionales cocinados y listos para llevar. Otros también piden la masa, que se vende por kilo, para luego hornearla en los hogares en compañía de la familia, aunque en menor proporción en las urbes, que optan por la comodidad de saborear directamente del manjar popular de los días santos.
