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Mientras gran parte de la sociedad considera que las destituciones, desafueros y escraches a parlamentarios tendrían que dejar de ser selectivos y afectar también a senadores y diputados de otros partidos, un sector del PLRA se abroquela para evitar la destitución de Carlos Portillo. Exige antes acusación de la Fiscalía, mostrando una gran contradicción pues su clase política se pasa denostando contra los corruptos y prometiendo transparencia.
ASUNCIÓN.- En un discurso, hace unos días atrás, el presidente del PLRA, Efraín Alegre, había dicho públicamente que esperaba que Portillo se sometiera a la Justicia, lo cierto es que esto parece no haber sido más que palabrería vacía, algo que, de hecho, no nos extraña del titular liberal, acostumbrado a lanzar discursos rimbombantes pero vacíos de contenido, y, mucho más, totalmente contradictorios con la realidad.
Cierto sector de la bancada liberal de Diputados no quiere que Portillo sea expuesto de esta manera y, mucho menos, que sea expulsado de la cámara, por lo que estarían negociando intensamente para que el pedido que plantearán representantes de bancadas minoritarias no tenga la mayoría necesaria.
A esto se suma la actitud bastante complaciente y obstructiva del presidente de la Cámara, el abdista Miguel Cuevas, quien dijo en entrevistas anteriores que no había por qué hacer caso a un grupo de “gatos locos” que estaban pidiendo la expulsión de Portillo, posiblemente porque es el mismo grupo que quiere que él también sufra el mismo castigo.
Pero lo llamativo es que los legisladores del PLRA, que viven hablando de transparencia y prometiendo un durísimo combate a la corrupción, actúen como cuerpo para proteger a uno de los suyos cuando la bomba cae en su carpa. Por el contrario de lo que hacen, esta sería una oportunidad fantástica de demostrar que las promesas de décadas son, en realidad, una firme decisión de los liberales.
Portillo es el primer liberal que está expuesto a la pérdida de investidura, pero de seguro, si las cosas continúan en este sendero, no será el único, y es lo que, posiblemente, les preocupa a sus correligionarios, quienes piensan que una vez que caiga uno de ellos, ninguno de los que tienen techo de vidrio –que son varios- estará a salvo.
Hasta ahora, la cosa era bastante cómoda para ellos, puesto que el grupo de escrachadores, siguiendo el libreto del diario ABC, solamente perseguía a colorados. Pero ahora las cosas parecen haber cambiado y estos ciudadanos, posiblemente por las críticas recibidas ante sus escraches selectivos, decidieron ampliar el panorama e incluir, también, a opositores, el primero de los cuales es Portillo.
PEDIRÁN HOY EXPULSAR A PORTILLO
Un grupo de diputados, encabezados por Kattya González, presentará hoy a la Cámara el pedido de convocatoria a sesión extraordinaria para analizar la pérdida de investidura del liberal Carlos Portillo, imputado por varios delitos de los que se asume que realizó tráfico de influencias fehacientemente comprobado, tal como lo dispone el artículo 201 de la Constitución Nacional.
Hay un gran movimiento en la Cámara de Diputados, en donde 2 titulares pueden, en cualquier momento, quedar sin sus bancas. Además de Quintana, está preparando las maletas el liberal Carlos Portillo, contra quien hoy pedirán sus colegas que le quiten la investidura. Si bien está desaforado desde enero, el caso contra el altoparanaense no avanzó nada.
Sin embargo, luego de varios escraches de los que fue el blanco, y una nota de un grupo de ciudadanos a la presidencia de la Cámara, pidiendo que Portillo pierda su investidura, algunos legisladores decidieron tomar la posta y hacer el pedido formal, puesto que, sin ello, el pedido hubiera terminado en la basura, sin ninguna consecuencia.
LIBERAL SE EXPONE A 5 AÑOS DE CÁRCEL
El diputado por el PLRA, Carlos Portillo, está imputado por los delitos de tráfico de influencias, que tiene una expectativa de pena de hasta 5 años de cárcel; y cohecho pasivo, que contempla entre 1 y 6 años de prisión, por lo que no guardará prisión preventiva sino recibirá medidas sustitutivas.
La imputación del liberal viene ya de enero pasado, cuando a través de escuchas telefónicas salieron al aire conversaciones telefónicas que había mantenido con una procesada por estafa, a la que había solicitado 3 mil dólares a cambio de un fallo favorable y quedó en evidencia su fuerte influencia en el Poder Judicial de Alto Paraná.
Y, aunque su desafuero se dio rápidamente, el caso pareció quedar estancado, por lo que un grupo ciudadano pidió su pérdida de investidura, lo que, de concretarse, le dejaría definitivamente sin su banca y fuera del Poder Legislativo. Sería el primer liberal que recibe esta sanción en cualquiera de las dos cámaras.
