BARCELONA.- Lewis Hamilton desempolvó el martillo ayer domingo en Montmeló, donde se adjudicó su segunda victoria del curso después de la de hace dos semanas, en Bakú. A diferencia de aquella que le cayó del cielo, ésta fue inapelable y dejó sin respuesta a todos sus rivales comenzando por Sebastián Vettel, a quien los estrategas de Ferrari le hicieron una jugarreta tras zamparse el anzuelo que les soltaron sus homólogos de Mercedes.
El muro de las Flechas de Plata amagó con llamar al taller a Valtteri Bottas pero no consumó la parada. Sí lo hizo el corredor de Heppenheim, que en aquel momento circulaba el segundo y que se reincorporó a la pista el cuarto y por detrás de Max Verstappen (tercero), que sacó los colmillos para defenderse y que lo logró, a pesar de rodar con solo medio alerón delantero. Bottas agradeció el regalo de Il Cavallino Rampante y terminó el segundo, materializando el primer doblete de la temporada para el fabricante alemán.