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Imperan las turbas y las mayorías circunstanciales

 

Con lo ocurrido en la Cámara de Diputados quedó en evidencia, una vez más, que la institucionalidad no importa, sino quién tiene los votos necesarios para tomar una decisión. Según el diputado Walter Harms, lo único que importa es la mayoría. Criticó que sus colegas hayan destituido a quien ya no estaba en el cargo, “le guste a quien le guste”.

ASUNCIÓN.- No es la primera vez que vemos que en el Legislativo rige exclusivamente la mayoría de los 23 votos (Senado) o 42 (Diputados) para hacer lo que les venga en gana, sin importar lo que dispongan la Constitución y las leyes. Es una tergiversación muy obvia de un principio republicano que dice que mandan las mayorías, pero siempre dentro de un marco legal e institucional.

Para colmo, cuando no son ellos (oficialistas y opositores) los que tengan la mayoría, no están dispuestos a reconocer lo que resuelven otras mayorías, como el caso de la Junta Municipal de Ciudad del Este, que aceptó la renuncia de Sandra McLeod y eligió en su reemplazo a Celso Miranda.

Lo primero que dijo Harms fue que la elección de personas como Kelembú o Paraguayo Cubas en el Senado, es “una forma de la clase política”; hay que saber interpretar los mensajes de la ciudadanía.

Pero la situación es terrible porque no importa la institucionalidad, según el legislador, puesto que “ahora nos basamos en lo que la mayoría impone. Lo de Ciudad del Este es un caos, es un despelote total. No hay nada. También nuestro ordenamiento jurídico tiene demasiadas lagunas, flancos, interpretación y la gente se aprovecha de eso. Se maneja de manera demasiado desprolija. No hay nada previsible”.

Lo que hizo la Cámara de Diputados fue totalmente extemporáneo porque la Junta ya había aceptado la renuncia de McLeod y nombrado a su sucesor, dijo el legislador. “La cámara dice, nosotros somos los que mandamos y le destituimos a una persona que ya no tenía el cargo. Les guste o no les guste, eso es lo que se hizo. Lo que hizo fue decidir que era ilegal lo realizado por la Junta Municipal y la cámara no tiene potestad para hacer eso. Pero solo se necesita mayoría absoluta para hacer lo que les da la gana. Le cambiás o le ponés a quien quieras, si tenés los votos; así nomás es”, añadió.

La “letradeada” les salió mal, dijo Harms, porque no aceptaron la primera renuncia de McLeod porque no querían que se realizaran elecciones y “Kelembú les durmió a todos. Eso provocaron los concejales. Si Sandra era el problema, por qué no le aceptaron su renuncia y ya”.

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