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ASUNCIÓN. Las autoridades sanitarias tienen la obligación básica de garantizar los insumos necesarios para que todos los ciudadanos interesados, en especial los más vulnerables, puedan acceder a la prueba del Covid-19. Sin embargo, al parecer esto se convirtió en un nuevo negocio lucrativo para el sector privado, donde se desempeñan más del 90 % (si no es el 100 %) de los ocupan los cargos en la cartera sanitaria; algunos incluso son dueños de clínicas o sanatorios. Que los pobres se jodan y los que tienen algo en el bolsillo, que paguen, parece ser la consigna.
La semana pasada hubo una llamativa disminución de los testeos diarios de coronavirus. También, hay retraso exagerado en la entrega de los resultados; todo esto en el sector público del que depende la inmensa mayoría. La excusa: no hay insumos o son insuficientes. Hacia el otro lado, el sector privado, la demanda de test creció, así como fue en aumento el costo del mismo. En el servicio particular el precio de estas pruebas está entre 500 mil a 900 mil guaraníes.
Acá surgen algunas interrogantes, ¿cómo es que los privados cuentan con insumos suficientes y en los servicios públicos escasean? ¿Incompetencia o política perversa en beneficio del lucrativo negocio de los test privados?
DRÁSTICA DISMINUCIÓN
En los primeros días de este mes de agosto, Salud Pública redujo de manera abrupta la cantidad de testeos que realizaba diariamente a la población. Y eso que dicha práctica, supuestamente, era un arma estratégica para detección de casos y confinamiento de los contagiados. Este aislamiento servía también para minimizar el contagio comunitario.
Sin embargo, de casi 2.000 muestras diarias que venían realizando en julio, del 1 al 9 de agosto la toma de muestras muco-faríngeas disminuyó a un promedio de 1.200 hisopados por día. Las autoridades admitieron que faltaban insumos e hisopos. Para no cortar abruptamente el procedimiento, lo redujeron, priorizando los declaradamente sintomáticos, los internados y los fallecidos, según argumentaron.
Cualquier persona con síntomas leves o asintomáticas que tuvieron contacto con una persona positiva al Covid-19 tenía que esperar. Con los riesgos que esto implica. O recurrir al sector privado para reducir su angustia o tomar las medidas que requiriesen su caso, pagando la factura, claro. Es justamente aquí donde está el negocio.
DESCONFIANZA
El estrés llegó a tal punto que los ciudadanos declaran su sospecha de una eventual connivencia perversa y criminal – como ya se habría registrado en el país a principios de la pandemia – entre altos funcionarios y aprovechadores del sector privado. Si Salud Pública no tiene insumos, se recurre a laboratorios privados. El que no tiene recursos, ni conmueve a la caridad ajena, enfrenta solo su destino.
¿RECUPERACIÓN?
Ante la disparada de las críticas, desde antes de ayer, la toma de muestras por parte de Salud Pública aumentó nuevamente. El lunes fueron 1.821 y ayer se analizaron 2.158 muestras.
Hay una adjudicación de insumos e hisopos en marcha, desde el 9 de julio último. El día 31 de ese mes, Salud Pública anunció que, si no había protestas de los concursantes, el contrato de adjudicación tenía que firmarse el pasado 5 de agosto y la primera entrega tenía tiempo para efectuarse hasta hoy.
Dado el incremento de la toma de muestras de los dos últimos días, aparentemente, el señalado contrato se cerró. Pero la duda del supuesto abandono a su suerte de paraguayos de escasos recursos para saber si tienen o no Covid-19 sigue, así como la desconfianza sobre un negociado con los test en el servicio privado.
