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CIUDAD DEL ESTE.- El microcentro de Ciudad del Este está cubierto por una infernal maraña de cables, que constituyen una verdadera bomba de tiempo ante un eventual corto circuito, que podría generar incendios, con una desgracia de dimensiones dantescas. A esto se suma que los edificios no cumplen con los requisitos mínimos de seguridad. Pese a los “avisos”, las autoridades hacen caso omiso.
En esta inacción tienen su responsabilidad la Municipalidad local, el Cuerpo de Bomberos y la propia Fiscalía, que puede actuar de oficio ante el riesgo de tragedia. Sin embargo, la corrupción, empotrada en las instituciones, es más fuerte que cualquier sentido común.
La semana pasada, una vez más el viejo y deteriorado edificio Jebai Center lanzó la alerta con un principio de incendio. Pocos días después otro “aviso” se produjo en las cercanías del lugar, pero pareciera que están esperando una desgracia mayor para actuar.
El peligro en el microcentro de la capital del décimo departamento no es de ahora, es de antaño. Se hace el control, pero es con el único propósito de “apretar” a los dueños para el pago de coima, no para que pongan en condiciones sus edificios.
Las consecuencias de un siniestro en el centro de Ciudad del Este equivaldrían a 50 Ykua Bolaños; el supermercado que se incendió el 1 de agosto del 2004, dejando más de 400 muertos.
Miles de personas, entre trabajadores, compristas y turistas, se desplazan por el microcentro, así como cientos de vehículos que circulan o quedan estacionados. Además, la ciudad no cuenta con bocas de incendios, que son tomas de aguas diseñadas para proporcionar un caudal considerable en caso de siniestro. Todo esto sumado, las consecuencias pueden ser catastróficas.
