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La Corte Federal en Brasilia dictaminó el viernes último la liberación del empresario Joesley Batista, gerente-propietario del Grupo JBS, quien en sus declaraciones ante la Justicia brasileña, puso en la cuerda floja al presidente Michel Temer (MDB) y a decenas de políticos. El mismo estuvo preso desde setiembre del año pasado, por haber declarado que el presidente del Brasil trató de comprar el silencio del exdiputado Eduardo Cunha (MDB-RJ), preso en Curitiba por la operación “Lava Chorro”.
BRASILIA.- Batista tiene prohibido salir del país y tiene que entregar su pasaporte. La orden de liberación de Joesley fue firmada por el juez Marcus Vinicius Reis Bastos, de la 12ª Vara del Distrito Federal. El magistrado entendió que no era razonable dejar al investigado preso por tanto tiempo, sin que la instrucción criminal fuera encerrada era un equívoco del Poder Judicial.
Joesley Batista se convirtió en el eje de algunos de los escándalos que involucraron al presidente Michel Temer (MDB), por haber relatado supuestos crímenes cometidos por decenas de políticos y “archivo” parte de las dos denuncias criminales contra los citados, que acabaron varadas en la Cámara de Diputados el año pasado. El empresario fue encarcelado durante seis meses para omitir información al Fiscal General dentro de su premiado proceso de colaboración.
De acuerdo a los antecedentes, a raíz de sus declaraciones, el empresario se convirtió en el personaje central de la crisis política brasileña, ya que supuestamente, tras un encuentro que mantuvo con el presidente Temer, en reunión secreta, en el Palacio de Jaburu año pasado, en el que, presuntamente, el mandatario trató de comprar el silencio del exdiputado Eduardo Cunha (MDB-RJ), preso en Curitiba por la operación Lava Chorro.
Batista también es señalado como el responsable de tramar la entrega de una maleta con 500.000 reales en efectivo para el exdiputado Rodrigo Rocha Loures, exasesor del presidente brasileño, quien había sido presentado como un interlocutor de él con JBS. Al ordenar la libertad, el magistrado Reis Bastos precisó que concluyó la etapa investigativa, por lo que corresponde la sustitución de medidas alternativas. “Verifico que su arresto temporal fue decretado el 8 de septiembre de 2017 y convertido en prisión preventiva el 14 de septiembre de 2017, estando el demandado encarcelado preventivamente hace seis meses, plazo muy superior a los 120 días previstos para la conclusión de toda la instrucción criminal y flagrantemente degradante al principio de la razonable duración del proceso “, señaló en su escrito.
Batista colaboró con la Justicia para beneficiarse
El escándalo que amenazó con acabar con la presidencia de Michel Temer, apenas un año después de que heredase el cargo de Dilma Rousseff, forma parte de un acuerdo de Joesley Batista con la Justicia para beneficiarse en su propio juicio, con una de las llamadas “delaciones premiadas”. El empresario de 45 años es dueño junto con su hermano Wesley del grupo J&F Holding, propietario del mayor productor de carne del mundo, JBS. Al imperio también pertenece entre otros, la empresa Alpargatas, que fabrica las famosas sandalias brasileñas Havaianas.
La procesadora de carne fue investigada por irregularidades de haber recibido préstamos de la entidad pública de fomento de Brasil, el BNDES. Estuvo también implicada en un escándalo por la adulteración a gran escala de productos cárnicos, conocido como el caso de la “carne mala”. Debido a las investigaciones, Batista llegó a un acuerdo de cooperación con el Ministerio Público (fiscalía) brasileño, que incluye a siete ejecutivos de JBS y de J&F y prevé el pago de una multa de 225 millones de reales (72 millones de dólares).
La otra parte del acuerdo, se presume que fue para hacer caer a Temer, tras una trampa puesta con una grabación. “Nos colocamos a disposición para exponer la corrupción”, había escrito el magnate en una carta de disculpas públicas difundida el año pasado tras destapar el audio de Temer. “No honramos nuestros valores cuando tuvimos que interactuar, en diversos momentos, con el poder público brasileño. No nos sentimos orgullosos de ello”, había manifestado en aquel entonces.
El empresario desafió abiertamente a Temer y se embanderó como un baluarte del cambio en el Brasil. “Brasil cambió, y nosotros cambiamos con él”, señaló también en relación a la operación “Lava Jato” (“Lavado de autos”), que sacude desde hace tres años al país con sus revelaciones sobre la corrupción política en torno a la petrolera estatal Petrobras.
