Esporádicamente aparecen médicos estafadores en CDE. Lo llamativo es que estos “Médicos”, perseguidos en su país de origen como delincuentes. ejercen la profesión al amparo de la legalidad. Hace unos años atrás un tal Dr. Klein, tenía supuestamente un aparato electrónico con el cual diagnosticaba cualquier tipo de enfermedad. Bastaba entrar dentro del aparato y al salir ya tenía el diagnostico en la mano. La Asociación de Médicos del Alto Paraná, ante tan extraño procedimiento, inició una investigación que involucró al Centro de Energía Atómica del país. El experto enviado revisó el milagroso aparato que resultó ser un obsoleto equipo de Rayos X que no funcionaba y que solo servía para estafar.
Recientemente otro médico que decía tener documentos expedidos hasta por la Universidad de Harvard estaba ejerciendo la profesión de “Cura Todo”, en el condominio más elegante del país, siempre que el pago sea en dólares.
Lo preocupante no es el engaño, ni que se aprovechen de la desesperación de la gente que padece enfermedades que la ciencia califica como incurables, por el momento, ni que cobre más de 25.000 dólares por un supuesto tratamiento, sino la ligereza del Ministerio para admitir documentos que a todas luces no son auténticos.
Cualquier médico que haya ido al extranjero solo para tener más conocimientos, sabe que sus documentos pasaron por una infinidad de filtros y ni qué decir para ejercer la profesión.
En Ciudad del Este, desde hace un tiempo se rumoreaba que el tal Dr. DECIO BASSO, era un vulgar charlatán, pero no había argumentos para denunciarlo. Tenía registro profesional otorgado por el MSP y BS, que ante la publicidad del caso manifestó que no le renovará el registro profesional, es decir: le permitirá seguir con la farsa o darle tiempo para que se escape y continúe estafando.
El Paraguay no tiene COLEGIADOS. Todo lo concerniente a la labor profesional médica se encuentra a cargo de esa Secretaría del Estado laque por lo que se vio en estos casos, tiene un muy permeable sistema de control profesional.
Hoy, en todo el país existen numerosas facultades privadas de medicina que operan en grandes edificios y ni siquiera tienen profesores. No sorprenderá que algunos de sus egresados también se vista de blanco, bien almidonado, con corbatita y todo trabajando en un sanatorio elegante y caro, cobrando en dólares, con diplomas y títulos de Harvard colgado en la pared, acreditando que cura el cáncer, Alzheimer, Down, y cuántas patologías hay, y en el lugar más visible el documento otorgado por el MSP y BS, resaltando su eminencia científica.
Mientras los auténticos médicos se enferman trabajando en los centros de salud por un salario de hambre, los BASSOS en la medicina, seguirán disfrutando de su buena salud en un ambiente de prestigio y dinero, al amparo de funcionarios corruptos que hacen de la deshonra una norma de vida.