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Este domingo se celebra la Pascua, que es la fiesta central del cristianismo en la que se conmemora, de acuerdo con los evangelios canónicos, la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado. “De hecho, el día 50, el domingo de Pentecostés, los discípulos recibieron la plenitud del Espíritu Santo y empezaron a predicar el Evangelio. Fue el principio de la vida de la Iglesia y el inicio de la acción evangelizadora que perdura en la Iglesia Misionera”, refirió el padre Miguel Martínez, de la Comunidad Misionera de Jesús, de Hernandarias.
HERNANDARIAS.- Es una fecha simbólica, equivalente a siete semanas, signo de plenitud e imagen de la eternidad que los cristianos esperan obtener con la resurrección de Cristo, que es señal de la propia resurrección de la humanidad toda.
La Pascua marca el final de la Semana Santa, en la que se conmemora la muerte y resurrección de Jesús. A la Semana Santa le sigue un período de cincuenta días llamado “Tiempo Pascual”, que termina con el Domingo de Pentecostés. “Que los misterios de la Pasión y la Cruz de Cristo nos renueven en el deseo generoso de seguir sus pasos”, reseñó el sacerdote al hacer alusión de la importancia de la conversión del ser humana en esta Semana Santa.
“La tenemos que vivir fijándonos en Cristo Resucitado. Si Cristo ha resucitado, también nosotros hemos de resucitar hacia una vida nueva, dice San Pablo. La resurrección de Cristo es la que da fuerza a la acción de la Iglesia. Creemos y predicamos una persona viva que continua presente en su comunidad. Es él quien da fuerza a todos los cristianos y a su acción apostólica. También, la resurrección de Cristo nos da una gran alegría y una firme esperanza, ya que nos abre la puerta de la inmortalidad, es el paso a la vida eterna”, explicó el cura.
Si somos cristianos de verdad, tenemos que seguir el camino de Cristo, por lo tanto tenemos que amarnos más y perdonar, ser más solidarios con los necesitados, acercarnos a los que sufren, llevar esperanza y vivir esperanzados, abrir nuevos caminos y nuevos horizontes, agregó. “En definitiva, ser más auténticos y a la vez más confiados en la ayuda de Dios que ha prometido que por su Espíritu Santo estará con nosotros cada día hasta la fin del mundo”, subrayó.
Este día se celebra en distintos lugares del mundo con procesiones religiosas, así como celebraciones litúrgicas. En contrapartida a la festividad religiosa del domingo de Pascua, lo mundano se entrelaza con esta celebración y tradicionalmente se da como un gesto de fiesta, regalando un huevo de Pascua a los más cercanos de la familia.
