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ASUNCIÓN. Mañana se reinicia el período de sesiones ordinarias de las cámaras del Congreso, terminando así los más de dos meses de vacaciones de senadores y diputados. Si bien existen varios proyectos fundamentales que deberán definirse en estos 4 meses que restan antes de la renovación de las mesas directivas, se siente que el gran desafío que deberán enfrentar los legisladores es qué hacer con sus colegas imputados por hechos de corrupción y que pertenecen a diferentes partidos políticos.

De hecho, es una situación que acucia más a Diputados, ante la evidencia de contar con dos de sus miembros presos de manera preventiva. Ambos son colorados, oficialistas y sus imputaciones tienen que ver abiertamente con hechos de corrupción. Ulises Quintana está procesado por tráfico de drogas en grado de complicidad, mientras que Miguel Cuevas lo está por enriquecimiento ilícito, lesión de confianza y declaración falsa.

Lo primero que deberán hacer los diputados será definir la situación de Quintana y Cuevas, ya que el reglamento interno de la cámara establece que un legislador puede perder su banca si es que tiene más de 3 ausencias consecutivas a las sesiones ordinarias. En el caso del esteño, la del miércoles sería la quinta ausencia consecutiva, y para el exgobernador de Paraguarí, la primera.

Bancadas de la oposición aguardan aplicar el reglamento para expulsar de la cámara a ambos, aunque el bloque Añetete no parece dispuesto a aceptar sin dar pelea, ya que se trata de dos de sus integrantes. Pero la presión mediática y ciudadana podría incidir en la adopción de una postura clara al respecto. De hecho, se prevé que la situación de ambos sea uno de los puntos del día de la sesión del miércoles.

En el Senado, aunque no hay ningún miembro preso, sí hay imputados por diversos delitos y también allí, en algún momento en estos meses, los legisladores tendrán que tocar el tema.

Recordemos que sigue sin poder sancionarse una ley que regule la pérdida de investidura, lo que hace que senadores y diputados tengan posturas muy divergentes sobre la forma de actuar cuando uno de sus miembros incurre en tráfico de influencias. El Senado ya expulsó de su seno a 4 miembros, mientras que en Diputados no ha podido siquiera iniciarse el juicio en ningún caso.