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Lo extraña para nada que Fernando Lugo ordene a la cúpula de Frente Guasu a manifestarse a favor de la dictadura de Nicolás Maduro, puesto que la relación entre ellos lleva varios años. En el 2012, el venezolano vino al Paraguay a intentar sublevar al ejército contra el Congreso, para evitar el “golpe legal” que destituyó al exobispo de la Presidencia de la República. Por eso, el senador del FG avala todos los crímenes del sanguinario régimen del país caribeño.
ASUNCIÓN.- Las alianzas no son casuales, por lo menos no en el caso de Lugo y Maduro, que más que ser compañeros de lucha parecen cómplices para encubrir abusos y extremismo.
Muy poca trascendencia tiene el Frente Guasu en la actividad política nacional. Salvo cuando se trata de sentar postura sobre la dictadura de Maduro, lo que hacen o dejan de hacer sus dirigentes pasa desapercibido para el resto de la población. Aunque también es cierto que cada vez que ocurre una invasión de tierra se tiene conocimiento que hay un luguista detrás, incitando a los campesinos a violar la propiedad privada y cometer desmanes en tierras que no son suyas.
En las últimas semanas, fue su grosero apoyo al dictador venezolano lo que hizo que, nuevamente, se despierte el interés en lo que hace el luguismo, posiblemente porque a la ciudadanía y los medios de comunicación les cuesta creer que un sector político que aspira llegar al poder y presume de demócrata, tenga el desparpajo de apoyar públicamente a un régimen sanguinario, que somete a su pueblo, tiene presos políticos, miles de exiliados y asesina a campesinos, indígenas y estudiantes.
Por eso conviene recordar que esta “amistad” entre Lugo y Maduro no es reciente ni improvisada, sino que viene de la época en la que se había impuesto el Socialismo del Siglo XXI, de la mano de Hugo Chávez, en toda la región. En el 2012, cuando el Congreso decidió destituir vía juicio político a Lugo por la tragedia de Curuguaty, llegaron al país representantes de la izquierda con la intención de presionar a las cámaras para que no se eche del poder al exobispo.
Maduro era vicepresidente de Chávez y vino en representación del gobierno venezolano. Mostrando ya una soberbia y petulancia asombrosas, intentó sublevar al ejército paraguayo, con el objetivo de que se levante contra el Congreso, violando acuerdos internacionales que tienen que ver con la no injerencia en asuntos internos de un país.
No es extraño que los luguistas apoyen al régimen de Maduro. Tienen la misma ideología y ven la forma de gobierno de manera bastante similar
