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ASUNCIÓN. Luego de una semana dura, en la que el oficialismo liberal tuvo que enfrentar la prisión preventiva de su líder, Efraín Alegre, y la decisión del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) que oficializó al Tribunal Electoral Independiente (TEI) original, en el directorio se decidió convocar dos manifestaciones que pretenden que sean multitudinarias, a realizarse frente al Panteón de los Héroes, sin ningún protocolo sanitario.

La prisión de Alegre fue algo esperado por él y sus seguidores, ya que de esa manera lograron de nuevo posicionar la alicaída figura del titular del PLRA, que hoy de nuevo está ocupando espacio en los medios de comunicación. Aunque insisten en presentarlo como un perseguido político por luchar contra las mafias del Paraguay, lo cierto es que su proceso se basa en la falsificación de facturas de combustible durante la campaña electoral del 2018.

Además, su prisión fue decidida por la jueza Cynthia Lovera luego de que, durante 6 meses, se negara a cumplir con las medidas alternativas, en un abierto desacato que pretendía justamente lo que ocurrió, que lo lleven preso para mostrarse como víctima.

Más allá de todas estas consideraciones, lo que realmente importa acá es que las manifestaciones convocadas para mañana y el miércoles próximo, en el microcentro de la capital, constituyen un abierto intento de violación a las medidas sanitarias restrictivas por la cuarentena, ya que no habrá ninguna posibilidad de que –por más mínima que sea la asistencia- se cumpla con dichas medidas, especialmente a lo que se refiere al distanciamiento social.

En una manifestación anterior, realizada por ciudadanos de varios sectores, terminaron imputadas varias personas por violación de la cuarentena, entre ellas el representante del sector gastronómico, Juan Grassi, a pesar de que esa convocatoria se basaba solamente en una caravana de autos, y los participantes espontáneamente terminaron frente al Panteón.

Esta vez la intención es clara y abierta. La convocatoria del PLRA insta directamente a la ciudadanía a aglomerarse en un espacio pequeño, en abierta violación a las normas vigentes.