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Escuelas derrumbadas o a punto de caer, instituciones sin los elementos básicos para que los alumnos puedan recibir una educación de calidad, poca capacidad de los docentes y una gran crisis a consecuencia de la pandemia, constituyen el desolador panorama de la educación paraguaya, que enfrenta este 2021 sin planificación seria que pudiera permitir recuperar el tiempo perdido el año pasado.

En lugar de estar preocupado y buscando soluciones, el ministro Eduardo Petta pierde su tiempo jugando “descanso”, lo que lo describe de cuerpo entero y pone de manifiesto lo que todo el mundo sabe, que la educación de los niños y jóvenes paraguayos le importa un pito.

Los que sí están preocupados por la situación dramática del sistema educativo son los docentes, por eso, varios gremios se pusieron de acuerdo y presentaron al MEC un proyecto de Ley de “Declaración de Emergencia Educativa”, con el que se piden 78.959.525 dólares que serán invertidos en elementos de bioseguridad, adecuación de las escuelas, conectividad y contratación de personal de limpieza.

Este dinero se cubriría con recursos del tesoro y dinero del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI), según explicaron los voceros, que aguardan que el Ejecutivo remita el proyecto al Congreso.