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ASUNCIÓN.- Monseñor Mario Melanio Medina, quien fuera obispo de las Diócesis de Misiones y Ñeembucú, al cumplir su 75 años de vida, pidió acogerse a la jubilación y en el transcurso de la semana pasada, el papa Francisco aceptó su pedido. La vida de uno de los hombres más influyente de la zona sur del país estuvo cargada de hechos oscuros. Se valió de su cargo para obtener grandes beneficios para él y su familia, gracias a la sotana. Unos de los grandes hechos que marcó su vida dentro de este contexto fue su sobrada intervención en los asuntos políticos, tal es así que fue uno de los artífices y portavoz, desde el púlpito, para que Fernando Lugo llegue al poder.
Cuando el también exobispo llegó a la presidencia de la República, su Diócesis fue una de las privilegiadas con los recursos de la Itaipú Binacional, además de recibir regalías como vehículos 0 km. y otros, manejaba millonarios recursos, cuyo destinos desparecieron como “por arte de magia”.
En el 2009, según publicaciones periodísticas, monseñor Mario Melanio Medina, amigo de Fernando Lugo, presidente de la República en aquel entonces, utilizaba la vieja práctica stronista que consiste en firmar una tarjeta, con el logo de la Diócesis, solicitando a las autoridades que presten especial atención a los portadores de la misma.
Medina, quien apoyó abiertamente al mandatario en su candidatura a la Presidencia, a pesar de que la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) estaba en contra, era considerado uno de los más cercanos de Lugo y, por ello, los que deseaban conseguir trabajo acudían a él. Incluso consiguió para su hermano, el abogado Pedro Medina, la jefatura de compras y Contrataciones de la Entidad, con un jugoso salario.
LE SALIÓ EL TIRO POR LA CULATA
Medina viendo que con la política podía amasar más fortuna, quiso también emular a su amigo Fernando Lugo. Estuvo “coqueteando”, con el liberal Efraín Alegre y con el actual intendente de Asunción, Mario Ferreiro buscando un agujero y posicionarse en este ámbito. Pero nadie le hizo caso y se quedó “gritando en el desierto”.
Hasta ahora no se han comentado ni publicado grandes obras desarrollado ni en lo religioso por Medina lo que deja a las claras que se retira con más penas que gloria.
