El número de fallecidos por las catastróficas inundaciones en la región sur de Brasil superó este miércoles el centenar, en una de la mayores tragedias climáticas del país, según el último balance divulgado por la Defensa Civil. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva aseguró que lo ocurrido es una “advertencia para el mundo”.
El estado más golpeado es Rio Grande do Sul, fronterizo con Uruguay y Argentina y donde se han reportado 100 muertos, cinco más con respecto a la noche del martes, 128 desaparecidos y 372 heridos, de acuerdo con las cifras oficiales. En el vecino estado de Santa Catarina, en tanto, se ha registrado hasta el momento un deceso, lo que eleva el balance preliminar a los 101 fallecidos en todo el sur del país.
En Rio Grande do Sul, el 80 por ciento de los municipios se ha visto afectado por graves inundaciones, que han anegado ciudades de forma parcial o total, entre ellas Porto Alegre, la capital regional y cuyo principal aeropuerto se ha convertido en una gigantesca laguna. En ese estado, unas 230.500 personas han tenido que abandonar sus hogares y en total suman 1,5 millones de damnificados, según la Defensa Civil.
Inestabilidad y peligros sanitarios
Las autoridades insistían este miércoles a los habitantes en que no regresaran a las zonas de riesgo y alertaban de inestabilidad en los terrenos y de peligros para la salud. “Las aguas contaminadas pueden transmitir enfermedades”, dijo a periodistas Sabrina Ribas, portavoz de Defensa Civil. Además, casi 100.000 viviendas quedaron dañadas o destruidas por la fuerza de la naturaleza. Los daños económicos superan los 900 millones de dólares, según una estimación de la Confederación Nacional de Municipios.
Los equipos de rescate, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, aún trabajan en la zona para hallar a más víctimas y salvar a los supervivientes incomunicados, muchos de los cuales solo tuvieron tiempo para escalar al tejado de sus casas. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó durante un acto para presentar inversiones en áreas de infraestructura y prevención de desastres naturales, que esta tragedia climática es “un aviso para el mundo” y “una factura que le está pasando el planeta” a la humanidad. Fuente: DW