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Los documentos que obran en Petropar son reveladores y apuntan a que se cometieron serias irregularidades en complicidad de dos gobiernos. Nicanor Duarte Frutos ejecutó el Acuerdo de Caracas con algunas variaciones no estipuladas y terminaron elevando los intereses de la compra de carburantes. La administración siguiente, la de Fernando Lugo, elevó la deuda con la utilización del mismo esquema. Intentó después realizar negocios offshore para el pago y quedarse con parte de las ganancias. Hoy presiona en el Senado para persuadir al Ejecutivo a cubrir la deuda con Bonos Soberanos.
ASUNCIÓN.- No fue solo un documento, sino varios salieron al paso del desafío de Nicanor Duarte Frutos. Fue solo cuestión de indagar en los archivos de Petropar para comprobar que firmó condiciones leoninas a favor de Venezuela.
El Acuerdo de Caracas fue violado en la primera aplicación operativa. La intención de tal plan fue una “cooperación solidaria para alcanzar objetivos de progreso económico y social…”, sin embargo en el primer embarque de combustible que ordenó Duarte Frutos fue “a precio de oro”, según lo destacan documentos facilitados por Petropar y ratificados por las primeras investigaciones. Tres órdenes de compras se produjeron una semana antes de que deje el gobierno.
Esto fue solo el principio de las posibles irregularidades. Los documentos que obran en los archivos contables de Petropar constatan la existencia de tres fracturas que no fueron honradas, que suman US$ 21 millones; además un pedido de compra de gasoil por un valor de US$ 87 millones. El pedido está fechado el 8 de agosto 2008 y dirigido a la atención de Francisco Quevedo y Yolanda Jiménez, ambos funcionarios de PDVSA.
Sebastián Irún, asesor legal de Petropar, aseguró que los contratos terminaron perjudicando a los intereses de la compañía y se agravó en la era Lugo porque “no se pagaba el producto recibido, se guardaba la plata y así se generó esto, totalmente de manera irresponsable”.
La administración del exobispo agravó la situación financiera de Petropar porque el impago activó los intereses punitorios.
Si bien estos contratos fueron firmados durante la administración Duarte Frutos; su sucesor, Fernando Lugo continuó las mismas condiciones que traicionaban en espíritu del Acuerdo de Caracas, que limitaba la tasa de interés al 2%. La administración de Petropar de la era Lugo siguió con el pago de hasta el 18%.
“Los contratos de provisión de los energéticos de PDVSA son totalmente leoninos y contrarios a los intereses de Paraguay, desde el principio, esto siguió así durante los dos gobiernos”, explicó Sebastián Irún, asesor legal de Petropar.
Los contratos de compra en la era Duarte Frutos se fijaron en intereses de hasta el 18%; violando el inciso A del artículo 4° que habla de una tasa del 2%. Se comprometió precios muy elevados por combustibles de baja calidad.
Irún apunta que Duarte Frutos y luego Fernando Lugo mantuvieron a Petropar atado exclusivamente a PVDSA. “Lo más grave es que se creó dependencia del petróleo de Venezuela y Hugo Chávez sin ninguna necesidad. Eso es algo grave, impensable”, dijo el asesor legal.
En los registros de Petropar no existen señales de alguna propuesta de Lugo de crear un fideicomiso para hacer frente a la incalculable deuda “y tampoco existe señales de un supuesto acuerdo de un descuento del 40% a través de transacciones extrañas dirigidas por Venezuela”, apuntó Irún.
Los contratos que obran en Petropar evidencia que PDVSA no era el proveedor en realidad, “el Gobierno de entonces, y luego con la ratificación de hecho de Lugo, se legitimó una irregularidad”, destacó Irún.
El Congreso aprobó un documento internacional para que una compañía petrolera –PDVSA- asegure el abastecimiento y a más bajo precio del que podía conseguir Petropar si es que salía a buscar, “pero Venezuela vendía mucho más caro de lo que se podía conseguir en otro mercado”.
