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ASUNCIÓN.- El primer discurso que dio el presidente Mario Abdo Benítez a la ciudadanía está lleno de lugares comunes y es casi fiel copia de los que solemos escuchar cada 5 años. Lo único diferente es que su antecesor, Horacio Cartes, sí cumplió sus promesas. Marito no mostró ninguna idea propia; sin embargo, no tuvo la humildad suficiente para reconocer que se monta sobre un cúmulo de logros, conseguidos a pesar del boicot sistemático de él y su bloque de senadores.
Cada 5 años escuchamos las famosas promesas de que se impulsará la economía, se terminará con la pobreza, se combatirá al EPP y se lo liquidará, se logrará la independencia judicial y mil cosas más que al poco tiempo son olvidadas por quien las dijo; con una salvedad, el gobierno de Cartes, que puso en marcha numerosos planes y que obtuvo logros nunca antes alcanzados.
Esto es lo que hace que la situación de Abdo Benítez sea diferente a la de sus antecesores. Que él sí encuentra la casa en orden, con una cantidad de logros, un país mucho mejor que el que existía hace 5 años, en todos los aspectos. Por eso se esperaba que el primer discurso del nuevo presidente fuera diferente a lo acostumbrado, y que él tuviera la altura de reconocer que su trabajo al frente del gobierno sería mucho más sencillo porque gran parte del mismo se había hecho y que, en muchos casos, solamente debería seguir lo iniciado por Cartes.
Pero no fue así. El nuevo presidente actuó exactamente como suelen hacerlo los que piensan que cada cambio de gobierno implica, obligatoriamente, un empezar de nuevo en todos los ámbitos, como si el presidente anterior no hubiera hecho absolutamente nada que valiera la pena conservar.
Ayer, pedíamos que Abdo no cayera en la actitud maniquea de desechar todo lo realizado por Cartes, pero luego de su discurso nos queda poca esperanza de que eso será posible. Habló de iniciar un proceso de cambio en el país, como si durante los últimos 5 años no se hubiera realizado nada y pretendiendo desconocer las obras realizadas en este tiempo.
Lo cierto es que no tuvo ninguna idea suya, a pesar de lo cual no tuvo la humildad suficiente para reconocer que su llegada al poder se ve facilitada porque estará montado sobre una cantidad de logros del gobierno de Cartes, que los consiguió a pesar del boicot sistemático del que fue objeto por el mismo Abdo Benítez, su bloque de senadores y sus socios de la oposición.
