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ASUNCIÓN.- Por muy contundentes que sean los indicios obtenidos en los audios del Jurado de Enjuiciamiento, su procedencia irregular podría servir de base para que los implicados quedaran impunes. El profesor David Balbuena Pérez insistió con que no se puede combatir el delito violando garantías constitucionales.
Nadie parece estar dispuesto a decir cómo se hicieron las grabaciones de las conversaciones que muestran tráfico de influencias y varios otros delitos, entre el expresidente y el exsecretario del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados con legisladores, abogados, jueces y fiscales.
Cuando se pregunta quién planificó y quién autorizó las grabaciones, reaccionan indignados asegurando que el bien común justifica que el proceso no haya sido lo suficientemente limpio o legal. Aseguran, además, que quienes insisten en conocer el origen de los fonopinchazos lo que pretenden es proteger a los implicados para lograr que salgan impunes. Lo cierto es que resulta más que evidente que las grabaciones fueron obtenidas sin autorización de un juez competente, por lo que no pueden ser utilizadas más que como indicios en el proceso judicial.
Según el profesor Balbuena, cuando ocurre algo así “nadie mide bien lo que puede pasar con lo que se produce. Lo que sí hemos tenido siempre medido de alguna forma ha sido el menoscabo a la protección personal, a los derechos fundamentales. Por eso están las protecciones en todas las constituciones democráticas; nos hemos estado preocupando en establecer reglas claras en la esfera personal, íntima de la persona para evitar que puedan pasar cosas como las de ahora, y que tengan efectos más allá de los que uno pueda controlar”.
Estos efectos se refieren justamente a la falta de validez de las pruebas obtenidas de manera irregular, que terminarían beneficiando a los corruptos y dejándolos impunes.
Mucha gente pregunta, entonces, qué se puede hacer para combatir a la corrupción y la impunidad, tan bien protegidas debajo de un manto de silencio y complicidad. A esa gente, el profesor respondió de manera contundente, “yo no sé cómo combatir la corrupción o la impunidad; lo que sí sé es cómo no se pueden combatir, y es haciendo lo mismo que esos a los que criticamos. No se puede combatir la impunidad saltando las reglas”.
