CONCEPCIÓN. – “Hetaiterei adispará (demasiado corrí)”, dijo Alejandro Mendoza que afirmó su hijo Adelio, cuando le preguntó sobre los días de cautiverio a manos del EPP.
El mismo indicó que fue constante el movimiento al que lo obligaron sus captores, y que las marchas eran a ritmo de corridas.
“Mi hijo habló muy poco desde que llegó a la estancia, estaba muy cansado”, explicó Alejandro a la emisora Universo 970 AM.
Agregó que Adelio llegó con dolores en los pies y piernas, y que manifestó que durante el recorrido de retorno al casco central de la hacienda La Tranquerita no se cruzó con ninguna persona.
En las primeras conversaciones de Adelio con las autoridades, había señalado que estuvo de manera permanente con los ojos vendados.