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ASUNCIÓN.- El presidente del Senado, Roberto Acevedo, volvió a decir que es tiempo de hacer “cambios en la selección nacional”, refiriéndose al gabinete de ministros del Ejecutivo. Esto fue lo primero que dijo en julio, luego de asumir en el cargo y pareciera que es una especie de campaña personal suya convencer al presidente Horacio Cartes de la necesidad de que cambie a algunos secretarios de Estado.
La primera vez que habló de la necesidad de hacer cambios en el Gobierno fue a inicios de julio pasado, poco después de asumir la Presidencia del Senado. Esa vez había dicho que la ciudadanía pedía el cambio del ministro del Interior, Francisco de Vargas, a consecuencia de varios hechos, entre ellos el asesinato del narco Jorge Rafaat en Pedro Juan Caballero.
Ayer volvió a hablar de un cambio en la “selección nacional” como se conoce al gabinete de Cartes, justamente cuando el directorio del PLRA presentó al presidente un pedido formal de cambio de ministros.
Tal parece que Acevedo piensa que entre sus funciones como presidente del Legislativo puede interferir en el manejo del Ejecutivo y por eso insiste con que Cartes cambie a sus ministros y se adecue a lo que pretenden los liberales.
Por supuesto, de Vargas sigue siendo el blanco principal de sus pretensiones y esto no es de ahora sino que viene desde casi el inicio del mandato de Cartes, quien, sin embargo, en varias ocasiones ha ratificado su confianza en el ministro y ha destacado los logros obtenidos en materia de seguridad nacional y en el trabajo de la Fuerza de Tarea Conjunta.
La conformación del gabinete presidencial no es competencia ni del presidente del Senado ni del PLRA, sino exclusiva responsabilidad del jefe de Estado, así que bien podrían dedicarse a lo que sí les corresponde y dejar de querer interferir en donde no tienen nada que hacer.
Después de 3 años, resulta más que obvio que Cartes no se deja influenciar por cualquiera sino que tiene asesores bien específicos para temas determinados. El día que él pida consejos al presidente del Senado sobre cómo gobernar, entonces Acevedo podría mostrar su extraordinaria sapiencia y recomendar los ajustes que considere necesarios.
