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El Banco Mundial lleva a debate la estrategia que Paraguay implementa para la recuperación económica. El jueves 20 el organismo multilateral realizará un panel de alto perfil que analizará el potencial de los países de América Latina y el Caribe para invertir más y mejor en infraestructura y cuáles son los desafíos principales que hay que superar. Desde 2013 Paraguay cambió el esquema de desarrollo centrando la inversión pública en obras de infraestructura con resultados reconocidos por los organismos globales más importantes. La administración Cartes reconoce que se necesita elevar la inversión al 3,5% del Producto Interno Bruto en este rubro.
ASUNCIÓN.- El cambio de modelo de desarrollo en Paraguay se extendió en toda América Latina, esto se percibió en la asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al punto de integrar la agenda de debate del Banco Mundial (BM). El jueves 20 desde Washington DC, Estados Unidos, sede del BM se debatirá vía on line con toda la Región el tema: “Infraestructura en América Latina y el Caribe: Nuevo motor de crecimiento”.
La experiencia paraguaya implementada desde 2013 logró cambiar el modelo que hasta entonces estaba cimentada sobre los commodities. “Cuando llegamos al gobierno, la infraestructura no superaba el 0,5% del PIB. Un informe del Fondo Económico Mundial subrayaba que Paraguay tenía una de las 10 peores infraestructuras”, explicó Ramón Jiménez Gaona, ministro de Obras Públicas.
Destaca en BM que “con los precios de las materias primas en baja y un escenario mundial incierto, América Latina y el Caribe está buscando alternativas para impulsar el crecimiento. Y existe un creciente consenso en la región de que para sentar las bases de la recuperación económica un punto clave es cerrar la brecha de infraestructura”.
La administración Cartes superó ampliamente a los últimos gobiernos que la precedieron en la inversión en infraestructura y pese a la fuerte oposición político electoral los proyectos siguen en pie.
Jiménez Gaona, dijo que “se está haciendo lo más urgente; pero se necesita mucho más”. El proyecto de desarrollo sobre la esta base exige una inversión en infraestructura del 3,5% del PIB, lo que representa “US$ 16.000 millones de para desarrollar carreteras, modernizar el aeropuerto de Asunción o desarrollar la hidrovía de los ríos Paraguay y Paraná”.
Un avance del BM explica que “en la actualidad la Región invierte menos del 3% de su PIB en infraestructura, un promedio bajo en comparación a regiones como Asia Oriental y el Pacífico, que destina cerca del 7,7%”.
Paraguay es socio pleno del BM desde su curul expondrá su potencial “para invertir más y mejor en infraestructura y cuáles son los desafíos principales que hay que superar”.
A propósito uno de estos retos radica en elevar la calidad del gasto, y sobre el punto el ministro de Hacienda, Santiago Peña explicó que “especialmente en transporte y saneamiento, e involucrar al sector privado en las inversiones en infraestructura”.
RETO DE TRANSFORMAR PESE A LA MÁQUINA DE IMPEDIR
Desde el anuncio del cambio del modelo de desarrollo, el gobierno recibió duros cuestionamientos más políticos electorales que técnicos y con apoyo de un sector mediático se logró instalar una máquina de impedir cuyo exponente más importante está en el Senado.
Un documento emitido por el Foro Económico Mundial, con sede en Suiza, destaca que “Paraguay sigue manteniendo un déficit de infraestructura en comparación a otros países de la Región y pese a haberse redoblado los esfuerzos de inversión pública, especial y exponencialmente bajo la Administración Horacio Cartes”.
Ramón Jiménez Gaona, ministro de Obras Públicas puntualizó que “hemos elevado la cifra de inversión al 1% y este año pretendemos superar el 2%. Un nivel de inversión de 3,5% del PIB es el mínimo para un país desarrollado. Es cinco veces mayor a lo que recibimos”.
El organismo reconoce los buenos resultados de la política fiscal que le permite aumentar el gasto en obras. Apunta que “afortunadamente, dispone de un margen de maniobra fiscal para incrementar el gasto en infraestructura. El reto radica en convencer a un público renuente de que el país puede endeudarse sin riesgos e invertir de manera eficiente para lograr un futuro económico mejor”, apuntó la organización.
