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Bajo endeudamiento, prudente política macroeconómica, resiliencia, déficit físico moderado y transparencia de gestión gubernamental, fueron elementos de peso para la mantención de la calificación ‘BB de crédito soberano a largo plazo con perspectiva estable’ emitida por la Standard &Poor’s en su informe anual. Por su parte, el Banco Mundial (BM) estima un importante crecimiento de la Región impulsado por la reacción económica de Brasil y Argentina que beneficiará a países exportadores de productos básicos, como Paraguay.
ASUNCIÓN.- El informe anual de la calificadora Standard &Poor’s confirma la calificación ‘BB’ de crédito soberano a largo plazo con perspectiva estable y destaca la prudente política macroeconómica de Paraguay. La información fue divulgada a principios de esta semana.
En un extenso documento la prestigiosa S&P analizó varios elementos que determinan la solidez de la macroeconomía. “Los bajos niveles de endeudamiento que sostiene la solvencia crediticia”, apunta y agrega que “las determinaciones de gobierno de protección de la economía permitirán continuar la resiliencia con un déficit fiscal moderado alineado por la Ley de Responsabilidad Fiscal”.
S&P otorgó un importante espacio para el análisis de las gestiones de Gobierno por sostener y avanzar en la transparencia. Apuntó la calificadora que “los avances en trasparencia alcanzados y el historial de políticas macroeconómicas prudentes del gobierno continuarán apoyando un crecimiento saludable”.
Indica en su documento que no tiene expectativa en relación a posibles cambios de la actual estructura tributaria “y el déficit fiscal se mantendrán por debajo del límite establecido en la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF), con un promedio de 1,3% entre los años 2017 y 2020”.
En sus estimaciones de crecimiento, S&P espera que “el Producto Interno Bruto (PIB) se mantenga cerca del 4% con fuertes resultados provenientes del sector agricultura, construcciones, las binacionales y servicios”.
INTERNISMO
La calificadora ingresó fuerte internismo político que mantiene el gobierno con algunos sectores de la oposición que con apoyo de la disidencia colorada pretenden el fracaso de los panes económicos de la administración Cartes.
Apunta como un “desafío para el país lograr sortear las profundas divisiones políticas que arriesgan debilitar las instituciones en la aplicación de las políticas públicas, sobre todo en el sector social”.
