ADN Digital
Artículos relacionados
ASUNCIÓN.- Luego de constatar que la manifestación a favor de la enmienda copó las calles de las principales cabeceras de todo el país, disidentes y sectores de la oposición recurrieron al cliché de que solamente fueron movilizados los funcionarios públicos. Con ese criterio, hay más trabajadores del Estado en Curuguaty, por poner un ejemplo, que superan el total de la población.
Pasmados ante la movilización de colorados que apoyan la enmienda, disidentes y sectores de la oposición recurrieron a argumentos ridículos para justificar lo que quedó obvio, que no tienen la menor posibilidad de conseguir que el rechazo a la reelección pueda tener posibilidad de ganar en un referéndum.
Según los representantes del “grupete”, la mayoría de los que asistieron a las ciudades cabeceras para dar su apoyo en la enmienda trabaja en la Función Pública. O sea que se prestaron a ser manipulados por estar en relación de dependencia con el Estado.
Lo único que nos preguntamos es cuál es la cantidad de funcionarios públicos que trabajan en localidades del interior como Curuguaty o Coronel Oviedo, por mencionar algunas, puesto que en esos lugares la cantidad de gente fue tan numerosa, que pareciera que hay más empleados del Estado que población en general.
A lo mejor lo que ocurrió es que los funcionarios de la capital fueron arreados al interior, pero nadie vio ninguna flota de colectivos que se haya traslado desde Asunción hasta esas localidades. Y eso resulta imposible ya que debía haberse notado la larga fila de vehículos trasladándose.
Quienes participaron de la manifestación a nivel país fueron ciudadanos que están hartos de la manipulación a la que la disidencia y sectores de la oposición, con la complicidad de algunos medios de comunicación, someten al pueblo, alertando sobre el peligro de la enmienda, como si alguna de las pestes de Egipto sobrevolara nuestra nación.
Y, mediante una inteligente estrategia de la ANR, no necesitaron trasladarse a la capital para manifestarse sino que lo hicieron en sus propias localidades. Así que nadie puede hablar de arreos ni de vaca’i ni de nada de lo que se suele acusar a los colorados. Allí estuvo la gente, la que quiere cambiar la historia del país y sabe que la forma de empezar es apoyando el #SÍ a la reelección vía enmienda.
