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ASUNCIÓN.- Ni Lilian Samaniego podía creer que hubiera tenido tanta buena suerte cuando la mayoría del Senado aprobó la paridad de hombres y mujeres en las listas que competirán en las internas, que ella planteó de manera atrevida cuando notó que no había mucha predisposición para mantener el cuoteo que en este momento obliga a todos los partidos a que 1 de cada 3 lugares esté ocupado por una mujer.
A pesar de la mayoría a favor, esto más pareció un intento de quedar bien, ya que, incluso la senadora Georgia Arrúa votó en contra porque dijo que era inaplicable, y que el cuoteo no se había planteado durante los 6 meses de trabajo de la comisión especial. Lo cierto es que la paridad entró por la ventana al proyecto de desbloqueo de listas; menos mal que Sergio Godoy propuso que se plantee en un párrafo aparte, de tal manera que, si hay que eliminarlo, no afecte al resto del artículo.
Diputados modificó el proyecto y eliminó este texto; ahora el Senado deberá ver si se ratifica o aprueba la modificación. Seguramente en algún momento volverá a plantearse el tema de la paridad, cuya ley fue modificada sustancialmente, pero no ahora, cuando es el desbloqueo y el mecanismo a ser utilizado para su implementación lo que debe ocupar la atención de los legisladores.
La verdad es que la insistencia con este tema suena más bien a populismo, ya que lo que pretende es una imposición antidemocrática y basarse en un criterio estrictamente corporativo. El Senado debe aprobar el texto de Diputados sobre este tema.
