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ASUNCIÓN.- El narcotraficante Jarvis Chimenes Pavão dijo que siempre hizo muchas “obras de caridad”, pero aseguró que en lo personal necesita perfeccionar muchas cosas porque su compromiso con “Dios es muy serio”. Mientras el medio impreso Veja del Brasil publicó en su edición de este fin de semana, la recompensa de US$ 5 millones ofrece Jarvis Chimenes Pavão, para atentar contra el presidente Horacio Cartes.
Esto demuestra que el narcotraficante “coquetea con Dios” y anda de manitos con el Diablo.
En una entrevista exclusiva concedida a la revista Época del Brasil (tiempo atrás) desde la penitenciaría de Tacumbú, el brasileño Jarvis Chimenes Pavão reveló algunos detalles de su vida personal, entre ellos, el aspecto espiritual.
Sobre su situación en aquel entonces dentro de la cárcel, afirmó que vivía “como todos los presos”, pues cumplía sus funciones, pero también tenía sus limitaciones. Recordó que hacía muchas obras de caridad y que pertenecía a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
“No soy bautizado todavía, mi esposa sí, pero yo todavía no, porque el compromiso con Dios es muy serio y aun necesito perfeccionarme en algunas cosas o que Dios me perfeccione para estar listo para bautizarme”, comentó Pavão.
Consultado sobre a qué se refería, dio un ejemplo que si ama a su prójimo no le puede vender cerveza, cigarrillos o cualquier cosa que destruya el cuerpo que es el templo del Espíritu Santo.
En cuanto a los motivos por los cuales está preso en Paraguay, contestó que por un supuesto lavado de dinero por “una empresa legal” que, según él montó en el territorio nacional.
“Compré 2.000 millones de guaraníes en bebidas y vendí G. 1.975.000, o sea faltó 25 millones para vender lo que compré y los tipos me procesan por lavado, eso sería si comprara 2.000 millones y declarase 10.000 millones, en cambio tenía mercadería en stock”, indicó.
Finalmente, Pavão reveló que siempre ha trabajado solo y que nunca perteneció a ningún grupo por no le agrada trabajar de esa manera.
