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Desde que se confirmó que sería el precandidato de Honor Colorado para la Presidencia de la República, Santiago Peña prometió que iría a hacer una campaña electoral diferente a las anteriores, en donde basaría su estrategia en acercarse al electorado y presentar su programa de gobierno, sin responder a las agresiones que provinieran de la vereda de enfrente.
ASUNCIÓN.- A medida que pasan los meses y se acercan las internas coloradas de diciembre próximo, va resultando más claro que el electorado republicano está podrido de los enfrentamientos estériles y valora y reconoce a los nuevos líderes que se presentan ante ellos con una forma diferente de hacer política y, sobre todo, se muestran dispuestos a escucharles y buscar soluciones a sus conflictos.
Debe ser por eso que la aceptación a la candidatura de Peña creció de manera exponencial en las bases coloradas, sorprendiendo hasta a los más confiados, puesto que nadie había podido imaginar que su carisma, claridad de conceptos y seguridad en sus propuestas pudiera calar tan hondo en los afiliados, a tal punto de que cuestiones que parecían tan graves como su corta trayectoria política fueran dejadas de lado.
Lo único que fue cambiando en el presidenciable oficialista en este tiempo es su seguridad y solvencia al dirigirse a la gente, algo que jamás antes había hecho pero que aprendió rápidamente. Su discurso sigue siendo el mismo y su actitud también, a pesar de que en el último tiempo el nivel de agresión del precandidato de la disidencia, Mario Abdo Benítez, y su primer anillo, ha subido varios decibeles.
Una de las primeras cosas que había hecho Peña cuando apenas empezaba a dar los primeros pasos en esta tarea, fue que no respondería a ningún ataque que provenga de donde fuere, porque su intención era hacerse conocer por el electorado, no por su nivel de agresividad, sino por sus propuestas de gobierno.
Otra cosa que dijo fue que su gobierno daría continuidad al proceso iniciado por Horacio Cartes en el 2018. Ambos puntos siguen vigentes hoy, con algunas semanas más de experiencia y menos de 5 meses para llegar a las internas.
El presidenciable oficialista insiste en que quienes basan su estrategia de campaña en la agresión es porque no tienen argumentos que enfrentar a los de su rival. De hecho, ha intentado en 2 ocasiones debatir públicamente con Abdo Benítez, pero éste siempre escurrió el bulto.
