VITORIA, Brasil.- Los policías militarizados del suroriental estado brasileño de Espírito Santo, que cumplieron una semana de huelga, volvieron ayer a retornar gradualmente a su trabajo en las calles, después de un llamado del ministro de Defensa, Raúl Jungmann, quien visitó el sábado la región.
La Secretaría de Seguridad Pública de Espírito Santo comunicó que varios agentes atendieron en la tarde del sábado un llamado para concentrarse en la terminal de autobuses y reanudar las labores de patrullaje en Vitoria, la capital regional, y otros municipios afectados por la paralización de los policías militarizados.
No obstante, el órgano responsable por la seguridad pública regional evitó dar detalles sobre el número de efectivos que comenzaron a patrullar las calles y tampoco explicó si se trataba de efectivos que estaban ya por fuera de los cuarteles cuando se inició hace una semana la huelga.
El coronel CássioBassetti, director de Inteligencia de la Policía Militarizada, indicó que unos sesenta efectivos se presentaron en la plazoleta de la terminal y la mitad de ellos fue encaminados para las calles, pues el contingente restante no tenía uniformes.
Durante los últimos siete días, los familiares de los policías militarizados han acampado en la puertas de los cuarteles para impedir la salida de los agentes, quienes por tener estatus de soldados no pueden declararse en huelga y en caso de hacerlo se enfrentan a una pena de dos años de prisión.